Una serie de fuertes sismos sacudió el oeste de Japón este 2 de enero, dejando una cifra, aún en ascenso, de 48 personas fallecidas.
El Político
Según las autoridades, hay otras 16 personas, hasta los momentos, gravemente heridas, víctimas de los fuertes movimiento tectónicos, de magnitud 7.6 que sacudieron la zona el lunes por la tarde y las réplicas que este provocó.
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— ALERTAS MUNDIAL ?️ (@AlertasMundial) January 1, 2024
Medios japoneses indicaron que decenas de miles de viviendas fueron destruidas. Yoshimasa Hayashi, portavoz gubernamental, dijo que 17 personas resultaron heridas de gravedad y dio una cifra de muertos ligeramente menor. También dijo que estaba al tanto de la cifra proporcionada por la prefectura, según AP.
Los servicios de agua, electricidad y telefonía celular seguían inoperantes en algunas áreas. Los residentes expresaron tristeza por sus viviendas destruidas y el futuro incierto.
"No es sólo que sea un desastre. El muro se ha venido abajo, y es posible ver al cuarto contiguo. No creo que podamos seguir viviendo aquí", dijo Miki Kobayashi, residente de Ishikawa, mientras recorría su casa.
Los videos de noticiarios mostraban hileras de casas derrumbadas. Algunas estructuras de madera se desplomaron y había coches volcados. Barcos medio hundidos flotaban en bahías donde olas de tsunami habían entrado.
Advertencias
El lunes, la agencia meteorológica de Japón emitió una advertencia de tsunami de gran magnitud para Ishikawa y otras advertencias de maremotos de menor tamaño para el resto de la costa occidental de la isla de Honshu, la principal de Japón, al igual que para la isla de Hokkaido en el norte.
En cuanto al terremoto, las advertencias se presentaron de forma más "natural". Horas antes del inicio de la catástrofe, varios residentes de la zona afectada grabaron el extraño comportamiento de las aves cerca de donde, minutos mas tarde, se desarrollaría el caos.
La relación entre el comportamiento de las aves y los terremotos es un fenómeno complejo y no completamente comprendido científicamente.
Mientras que existe evidencia anecdótica de actividad inusual de aves antes de los terremotos, la ciencia no confirma un vínculo directo, por lo que para muchos, la escena de los pájaros graznando y volando erráticamente fue un síntoma de alerta natural.
