El descontento popular va en aumento en Panamá. Las protestas se han agudizado, hasta el extremo de la violencia desbordada.
El Político
Panamá está sumida en una crisis social probablemente sin precedentes en la era democrática. Desde hace dos semanas protestan los sindicatos de la construcción, organizaciones indígenas.
También los productores agropecuarios, gremios docentes y de salud, transportistas, pescadores y más elementos sociales.
Estos han organizado cierres de calles en todo el país y concentraciones frente a las instituciones públicas.
Los motivos inmediatos del descontento son los mismos que en el resto del continente y del mundo:
- El aumento del precio del petróleo.
- La inflación que ha generado sobre los bienes de primera necesidad.
#22Jul Las protestas se extienden en #Panamá con #saqueos Video cortesía de @ReporteYa pic.twitter.com/s53rYO5Uwj
— PuntoDeCorte.net (@Punto_deCorte) July 22, 2022
¿Qué se busca con las protestas?
El pliegue de peticiones va del más coyuntural, como el precio de la gasolina, de la canasta básica y de los medicamentos; al más estructural, como el seguro de desempleo, la reforma fiscal y otros temas.
La crisis actual difícilmente podría ser una sorpresa. Los últimos meses habían dado amplias señales sobre el descontento ciudadano.
En octubre de 2019, estudiantes de universidades privadas y públicas y miembros de los movimientos feminista y LGBT panameños se movilizaron durante semanas.
Lo hicieron en contra de unas reformas constitucionales que, aunque necesarias, no cumplían con el objetivo, al que las encuestas de opinión pública apuntaban: defender a los pobres.
La pandemia que trajo consigo una de las peores recesiones del mundo al país. Con un índice de -17,9%, se reanudaron focos de descontento.
Varios fueron los motivos de las protestas, como la precaria situación de la caja del seguro social, el desempleo o una impopular reforma electoral.
?? | URGENTE: Varios manifestantes son atropellados en Panamá luego que un vehículo pasara las barreras que estos habían colocado bloqueando la carretera. (imágenes sensibles, ver con discreción) pic.twitter.com/i8X1AoK65g
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) July 23, 2022
Diálogos sin resultados
Las propuestas de diálogo por parte del gobierno y las medidas paliativas a la inflación no parecen haber sido suficientes para calmar el enojo.
Los grupos organizados están determinados a seguir con los bloqueos de las vías de comunicación.
Mientras, sube el nivel de tensión entre la población y las fuerzas públicas. Y esto es porque, más allá del precio de la gasolina, el país está sumido en cinco crisis. A saber:
1. La crisis de la desigualdad
Panamá ha sido uno de los países que más ha crecido del mundo en las últimas décadas. En medio de las enormes protestas actuales, el gobierno anunció con orgullo que Panamá ya se consideraba como un país de renta alta.
Sin embargo, eso no esconde una enorme desigualdad, la tercera más importante del continente.
El 10% más rico de la población obtiene el 37,3% del ingreso nacional. Es decir, casi 13 veces más que el 40% más pobre.
La masa salarial en la producción de riqueza ha disminuido de 50% del Producto Interno Bruto – PIB, a menos de 30% en 20 años.
Sin embargo, las diferencias de patrimonio son aún más agudas. En 2013, 115 multimillonarios sumaban 16 mil millones de dólares.
La pandemia ha empeorado esta situación de desigualdad. EL 49,5% de las personas declaran que sus ingresos disminuyeron durante el confinamiento. Esto según datos de la encuesta CIEPS de Ciudadanía y Derechos, 2021.
Además, la mayoría de las personas que han encontrado un empleo en los últimos meses lo han hecho en el sector informal.
Adicionalmente, la situación inflacionaria actual pone en especial dificultad a quienes tienen apenas lo justo para sobrevivir.
Además, estudios previos han demostrado que en Panamá, los sectores más pobres están impactados por una inflación mayor.
Esto en razón del lugar central que tienen los alimentos en su presupuesto. El cual es también el rubro más golpeado por la inflación.
Panamá, además, no es un país que ignore su desigualdad. Según datos del Latinobarómetro, el 75,3% los panameños declara que la repartición de ingresos es “injusta” o “muy injusta”.
El 82,7% considera que el país está gobernado por “unos cuantos grupos poderosos. Pero en busca de su propio beneficio”.
#Internacionales | Panamá vive la mayor ola de protestas en décadas: estas son las causas ? https://t.co/FtihmA89IM
— PuntoDeCorte.net (@Punto_deCorte) July 24, 2022
2. La crisis de representatividad y de confianza
Existen graves problemas de confianza en las instituciones panameñas. La Asamblea Nacional suma 84,2% de desconfianza, el gobierno 77,2%, el poder judicial 75,9% y los partidos políticos 87,5%.
Sin embargo, no solo las instituciones públicas enfrentan este problema. La confianza interpersonal es prácticamente inexistente.
Un 74.2% de la población piensan que la gente “nunca o pocas veces es confiable”). Con la pandemia, todas las instituciones, tanto públicas como privadas, han perdido la confianza de la ciudadanía.
Eso explica —en cierta medida— la dificultad de coordinación que ha podido existir entre los distintos grupos movilizados hacia las protestas.
El catalizador religioso
Vale la pena decir una palabra sobre la Iglesia Católica, a la que el presidente del país, Laurentino Cortizo, invitó como mediadora en el conflicto actual.
La institución religiosa es, efectivamente, como el mandatario subrayó, la que goza de mayor confianza en la población.
Un 70,6% de la ciudadanía dice confiar en ella. Sin embargo, este fotograma oculta una película completa.
En efecto, entre el inicio de los años 1990, cuando la Iglesia Católica mediaba en todos los pactos y diálogos en los que se diseñó el proyecto económico y político del país, y la actualidad, la Iglesia Católica ha perdido 20 puntos porcentuales de confianza.
Por un lado, existen hoy sectores de la sociedad que abogan por una mayor separación entre la Iglesia y el Estado.
Y, por otro lado, las personas que tienen menor acceso a bienes y servicios, con quienes el Estado está buscando dialogar con la mediación de la Iglesia, son precisamente los que dicen tener menos confianza en la Iglesia.
Esto explica el fracaso del diálogo convocado por el presidente Laurentino Cortizo, con la mediación de la Iglesia. Y esto nos lleva a una tercera crisis. A saber:
Varias personas resultan heridas en uno de los tantos bloqueos que persisten en la principal carretera de Panamá en el marco de protestas nacionales. https://t.co/7ReGTjn99m
— EFE Noticias (@EFEnoticias) July 23, 2022
3. La crisis de los sistemas de negociación colectiva
Desde la transición a la democracia, Panamá se ha caracterizado por multiplicar los diálogos, mesas y pactos, para sentar las bases políticas y económicas del país.
Estos mecanismos reflejaban una cultura política que valora el consenso. Pero también las instituciones democráticas son muy débiles, y no logran canalizar estas conversaciones.
Se han caracterizado por colocar el sector privado en el centro de las políticas. Y así buscar el crecimiento económico, gracias a las clásicas recetas liberales de los años 1990.
Sin embargo, estos mecanismos han logrado convencer cada vez menos a la población de su utilidad.
En 2021, los trabajadores organizados se levantaron de la mesa de diálogo dedicada a la caja del seguro social.
El pacto del bicentenario, una plataforma en línea que agrupaba propuestas ciudadanas, no logró convencer de su utilidad. Y las mesas de negociación actuales no han encontrado más éxito.
La crisis de confianza que mencionamos anteriormente no es ajena a esta situación. Como tampoco lo está la sensación de los grupos movilizados de un diálogo de “yo con yo”.
Aquí están aliados los poderes políticos y económicos. Donde —además— están invitados los sectores populares, para avalar decisiones que ya fueron tomadas sin ellos.
Continúan las protestas en Panamá ??. El pueblo panameño salió a las calles por el alza de los precios en el costo de la vida. pic.twitter.com/7pl8FkYz8V
— REDRADIOVE (@RedRadioVe) July 23, 2022
4. La crisis de honradez
El país también enfrenta una profunda crisis de probidad. Dos expresidentes están siendo procesados por corrupción, con el famoso caso Odebrecht.
Durante la pandemia, el ministerio público abrió procesos por, no menos de 18 casos de corrupción. Casos relacionados con la gestión de la pandemia.
Por ejemplo, estalló un escándalo relacionado con graves abusos en el sistema de protección de la infancia.
Esto provocó que renunciaran una serie de altos funcionarios, sin mediar ninguna explicación a la ciudadanía.
Las planillas gubernamentales fueron sistemáticamente cuestionadas, por responder a intereses clientelares, etc.
▶️ PROTESTAS | ?
?? Panamá, el país más rico de Centroamérica, no está acostumbrado a las protestas ciudadanas.
Desde hace 2 semanas las movilizaciones de colectivos sociales, manifestaciones callejeras y cortes de carreteras están a la orden del día.pic.twitter.com/CTyoqmn4xX
— DELPY ?? (@delpynews) July 23, 2022
¿Qué dice la banca exterior?
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo – BID estima el mal gasto del sistema público en un 3,8% del PIB, sobre todo relacionado con compras públicas.
Sin embargo, la crisis de honradez no solo está relacionada con el sector público. En septiembre de 2021, la Unión Europea decidió mantener a Panamá en la lista negra de los países que “no cooperan en materia fiscal”.
Según el director general de ingresos, la evasión fiscal representan otro 4% del PIB.
Se calcula que en 10 años fueron evadidos al fisco cerca de 35 mil millones de dólares, teniendo en cuenta solo el impuesto sobre las personas jurídicas.
Esta crisis de probidad en el sector público y privado, sumado a una política liberal de disminución paulatina de la tasa de imposición, ha llevado a la quinta crisis, la de los recursos públicos.
Las cinco crisis de Panamá | Por Claire Nevache https://t.co/NiKlyVpA3A
— Infobae América (@infobaeamerica) July 24, 2022
5. La crisis de recursos públicos
Además de la corrupción y de la evasión fiscal, la elusión fisca. Es decir, las maniobras legales para pagar menos o no pagar impuestos.
Y las políticas de exenciones de impuestos también han contribuido a disminuir las capacidades estatales para ejecutar políticas públicas.
Las exenciones de impuestos sobre todo tipo de bienes y actividades como construcciones nuevas, transferencias de acciones, yates, etc. son muestra de eso.
En 2020, la tasa de recaudación era apenas de 13,7% del PIB, contra 22,9% en promedio en América Latina. Habiendo disminuido más de 3,5 puntos, desde inicios de la década de 1990.
El crecimiento económico solía compensar esta disminución paulatina. Pero la actual crisis económica ha hecho retroceder la recaudación impositiva de casi 5 años.
Vuelta a la normalidad tras días de escasez
La mercancía vuelve a llegar a Merca Panamá, desabastecido por los cortes de carreteras derivados de las protestas. Para solucionar el conflicto se ha iniciado una "mesa única" de dialogo – lis pic.twitter.com/uqtiVsmezi— DW Español (@dw_espanol) July 22, 2022
Más leña al fuego
En este contexto, se aprobó en junio una ley otorgando créditos fiscales a proyectos turísticos de lujo por más de 400 millones de dólares.
Lo que ha generado un fuerte descontento en la opinión pública y en el sector del turismo. La derogación de esta ley forma parte de las peticiones de uno de los principales sindicatos actualmente movilizados en el país.
La situación es compleja y, teniendo en cuenta sus limitaciones presupuestarias, el gobierno tiene poco margen de maniobra para negociar con los que protestan.
Hasta el momento, las negociaciones se han centrado sobre un subsidio a la gasolina, que sería pagado con recortes al funcionamiento estatal, en particular con un recorte del 10% del funcionariado.
Sin embargo, parece que parte de las organizaciones están buscando reformas más estructurales que puedan dar respuestas de mayor alcance a la compleja crisis que atraviesa Panamá.