En pocos días, exactamente a partir del jueves 1 de diciembre, espera la trasnacional petrolera Chevron comenzar a recibir cargamentos de petróleo venezolano, debido a que la petrolera ya posee la licencia estadounidense para hacerlo.
El Político
Pero el régimen de Nicolás Maduro no estaría tan interesado o ansioso, debido a que las sanciones estadounidenses restringen los pagos.
Según datos de agencias internacionales, es el propio ministro Tarek El Aisami, el que se muestra contrariado por la medida que impide a PDVSA recibir los costos operativos por parte de Chevron, como tampoco pagar impuestos y regalías en Venezuela.
Estados Unidos concedió el sábado a Chevron una licencia de seis meses para operar en Venezuela. Con esto restableció los privilegios de comercio de petróleo que tenía, aunque impidiendo los intercambios de efectivo y exigiendo que los cargamentos de crudo vayan a refinerías estadounidenses.
Hasta el 23 de noviembre, la mayor empresa petrolera conjunta de Chevron en Venezuela tenía 1,79 millones de barriles de crudo exportable en stock, según un documento que dio a conocer la agencia británica de noticias Reuters.
Otro proyecto de procesamiento de petróleo en el que es socio minoritario detuvo sus operaciones a principios de este año debido a los inventarios acumulados que no podían ser exportados.
Aparecen los obstáculos
Cualquier relajación de los términos de la licencia de Chevron depende de los avances en las conversaciones políticas entre los negociadores del presidente Nicolás Maduro y la oposición que comenzaron en México la semana pasada, dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
La Casa Blanca está «abierta a calibrar aún más» las sanciones, añadió la persona, pero cualquier relajación depende de los avances en la aceptación de un calendario electoral venezolano, la restitución de los candidatos excluidos, el retorno de los partidos políticos a sus legítimos líderes y el acceso de los observadores electorales internacionales.
Chevron había negociado un acuerdo con PDVSA este año en el que se establecía que los ingresos de las exportaciones de petróleo se distribuirían de forma similar a los términos anteriores: Alrededor de un tercio para el pago de la deuda, el reembolso de los gastos operativos al socio PDVSA y el último tercio para gastos de capital.
Pero Washington sólo autorizó la reducción de la deuda y los gastos de capital realizados directamente por Chevron, dejando fuera los impuestos y el pago de regalías.
Washington también emitió una renovación separada de seis meses para que las empresas de servicios petroleros mantengan sus operaciones sin autorizarlas a perforar, reparar pozos o contratar personal o servicios adicionales.
Las restricciones podrían limitar, en última instancia, cualquier beneficio para la producción y las exportaciones de petróleo de la nación sudamericana, a falta de nuevas autorizaciones de Washington a partir de las conversaciones políticas que se iniciaron en México.
¡O se negocia…o se negocia!
A principios de este año, los funcionarios estadounidenses redoblaron sus esfuerzos para alentar el diálogo político y devolver parte del crudo del productor de la OPEP a los mercados afectados por los cortes de suministros de Rusia por su invasión de Ucrania.
Esos esfuerzos condujeron a la liberación de venezolanos condenados por cargos de drogas en Estados Unidos y al regreso de estadounidenses encarcelados en Venezuela.
Además, las petroleras europeas Eni y Repsol obtuvieron la aprobación de Estados Unidos para hacerse con el crudo venezolano para el pago de la deuda.
La casa de corretaje Credit Suisse dijo en una nota que el alivio inicial de las sanciones tendrá "poco efecto" en los riesgos de suministro de Europa por las sanciones a Rusia.