Un total de 1,22 millones de barriles de crudo iraní y 2 millones de barriles de condensado comenzaron a descargar cargueros iraníes en el terminal petrolero de Jose, en el estado Anzoátegui, al noreste de Venezuela.
Mario A. Beroes R./El Político
Las cantidades, confirmadas a través de un documento de la empresa estatal PDVSA, al que tuvo acceso la agencia británica de noticias Reuters, confirma el estado de deterioro de la compañía petrolera venezolana y su dependencia del crudo persa.
La dependencia de PDVSA del petroleo extraído de Irán se ha venido incrementando; esto sin contar el incremento también, en el número de trabajadores de este país asiático en las refinerías y demás instalaciones.
Venezuela depende de Irán para una gran parte de los diluyentes que PDVSA y sus empresas mixtas utilizan para producir crudos de exportación.
El petróleo iraní también se está refinando en el país sudamericano para producir combustibles de motor.
Supertanqueros persas en Jose
El primer supertanquero iraní en atracar en Jose es el Huge, que es tipo VLCC. Es operado por National Iranian Tanker Company (NITC), según el documento de PDVSA.
La organización sin fines de lucro United Against Nuclear Iran y el servicio de monitoreo TankerTrackers.com confirmaron la identidad de la nave, según Reuters.
La otra embarcación no fue identificada por su nombre real en el informe de PDVSA.
El país asiático ha aumentado este año las exportaciones a Venezuela, incluyendo condensado del megacampo South Pars, en el Golfo Pérsico, utilizando principalmente su propia flota de tanqueros.
Refinerías en poder iraní
Por otra parte, la firma iraní Naftiran Intertrade Company LTD, junto con otras empresas estatales, firmaron un contrato de 110 millones de euros con PDVSA para reparar una refinería venezolana y suministrar petróleo a la empresa.
Cifras extraoficiales hablan de unos 350 iraníes laborando en las refinerías de la empresa estatal PDVSA, las cuales estarían bajo su control casi absoluto.
Estos trabajadores persas sustituirían a los 800 empleados despedidos de la refinería de El Palito, junto a algunos provenientes de la India.
La decisión tomada por el régimen que encabezan Maduro y su ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, cambiará por completo el funcionamiento de la industria petrolera venezolana. Una vez tomada la refinería de El Palito, se extenderá la intervención iraní por toda la petrolera hasta llegar a las demás empresas básicas.
Luego de la toma de El Palito , seguirá la refinería de Amuay y lo mismo ocurrirá con las refinerías del estado Anzoátegui, al oriente del país.
El objetivo principal de los iraníes es poner en marcha las deterioradas refinerías, pero el problema es que la maquinaria de El Palito es de manufactura estadounidense, y los iraníes no poseen ni el conocimiento ni la tecnología para lograr que las plantas funcionen.