El régimen de Nicolás Maduro insiste en venderle a la comunidad mundial la idea de que la industria petrolera y petroquímica en Venezuela funciona de manera eficiente. Pero la realidad es otra: la operabilidad de PDVSA es nula.
Mario A. Beroes Ríos/El Político
Pequiven, filial petroquímica de Petróleos de Venezuela (PDVSA), y ahora en manos de técnicos y obreros iraníes, no ha podido comenzar operaciones de manera contínua. Ha sido imposible poner operativas las plantas de los complejos que tiene en el país.
Una mentira más
El pasado 16 de noviembre, Nicolás Maduro anunció en cadena nacional, que la recuperación de Pequiven estaba "casi en un 100%", pero la realidad sigue desmintiendo al régimen. Y según ex empleados y conocedores del ámbito químico y petroquímico "tardará varios años llegar a alcanzar esas cifras".
El funcionamiento de las diversas plantas en los complejos de Pequiven en Venezuela es muy desigual. Hay empresas como FertiNitro, Supermetanol y Metor que funcionan, pero las demás están paralizadas u operando a media máquina.
Fuentes del sector aseguran que las empresas mixtas FertiNitro, Supermetanol y Metor, con capacidades instaladas de producción de 1,3 millones, 770.000 y 760.000 toneladas métricas/año, operan con ciertas regularidad y exportan buena parte de la producción.
Otro complejo que ha tenido avances importantes es el de fertilizantes en Morón, estado Carabobo, donde se está produciendo a 50% de la capacidad instalada de 200.000 y 250.000 toneladas anuales de urea y amoniaco.
El Tablazo ya no "marca el paso"
El complejo con mayores problemas es el Ana María Campos o El Tablazo en el Zulia, con una capacidad instalada de manufactura de 3,5 millones de toneladas por año de diferentes insumos y productos petroquímicos.
En este complejo las plantas han estado paralizadas durante cuatro años o más como consecuencia de incendios, dificultades técnicas y la falta de inversión y suministro de gas, materia prima indispensable para los procesos.
Se ha tratado de reactivar varias veces la planta Olefinas I, pero esta solo producirá una pequeña porción de su capacidad instalada de 250.000 toneladas al año, debido a la baja disponibilidad de gas.
Ahi están las plantas de plásticos, de las resinas PEAD, PEBD, PELBD, polipropileno y PVC. Todas dependen de las plantas de olefinas 1 y 2.
La 2 es la más grande y actualmente operan la planta de PEAD. La de PEBD no porqué no tienen el iniciador peróxido que viene en buque refrigerado desde Suecia.
Datos de la un trabajador adscrito a la gerencia de mercadeo, afirman que están haciendo maquila con etileno.
"Traen un buque de etileno y lo pagan con polietileno. El problema es la falta de mantenimiento que lleva más de 5 años".
Esa situación comenzó a finales 2017. cuando producían algo de resina, la cual era "vendida a dedo" a un aliado comercial político.
Entonces quitaron el arancel de aduanas del 15% a la importación, por lo que ahora, la mayoría debe importar o comprar con precios de reventa.
Sin ese 15% Pequiven y sus empresas de resinas plásticas no tiene retorno sobre la inversión, ni podrá atender al mercado local.
El poco etileno procesado allí alimentará parcialmente la unidad de polipropileno, cuya capacidad instalada es de 84.000 toneladas al año, para atender el sector nacional de los plásticos.
El gas: punto crítico
El complejo El Tablazo requiere un suministro suficiente, continuo y confiable de gas para sostener las operaciones, pero en Venezuela la producción de gas es deficitaria y con mayor gravedad en el occidente del país.
"Actualmente, el poco gas que se produce en la región proviene del yacimiento Perla IV en Falcón, con una explotación de 1,9 millones de metros cúbicos al año, reconoció un trabajador del lugar.”
El desarrollo gasífero está a cargo de las empresas petroleras ENI y Repsol de Italia y España, respectivamente.
La incertidumbre es grande ya que el gas de recuperación secundaria en la cuenca del Lago de Maracaibo, tiene etano y propano, de enlace simple carbono carbono.
De ahí pasaba a las plantas de olefinas, donde se le hacía el doble enlace que es necesario para la polimerización y por último, se direccionaba hacia las diferentes plantas. De 5 plantas, solo está operando una, la de PEAD
Hay limitaciones de que ese gas vaya a la petroquímica porque también se debe atender las necesidades del sector eléctrico y de gas doméstico de la población.
La opción para obtener más gas en la región es levantar la producción de petróleo y extraer el gas asociado al crudo.
Otra alternativa es aumentar la producción gasifera en los estados Monagas y Anzoátegui, algo que ha sido difícil de hacer ante la desinversión, accidentes y poca capacidad del personal iraní en cuanto a las instalaciones.
Hace falta que se reactive el sector petrolero privado extranjero, que hacia esa extracción secundaria, o un cracker de petróleo que cuesta una fortuna. Eso en cuanto al gas propano y al etano.
Luego la recuperación de las plantas de olefinas, y después las 5 plantas.
La tercera vía es importar el gas, pero actualmente es muy difícil por los elevados precios internacionales del energético como consecuencia de la escasez generada por la invasión de Rusia a Ucrania.
De todas maneras, cualquier opción que se tome pasa por realizar cuantiosas inversiones extranjeras, y tanto Pequiven como Pdvsa no disponen de recursos económicos para esto.