La cercanía del Haj o peregrinación a La Meca genera "roces" entre Irán y Arabia Saudí, cuyas autoridades religiosas se han enzarzado en un inquietante cruce de insultos y acusaciones.
El ayatolá Ali Jamenei afirmó el lunes que los dirigentes saudíes eran infieles e incapaces de gestionar los santos lugares del Islam. El gran muftí de Arabia Saudí replicó el martes diciendo que los iraníes, de confesión chií, son “enemigos del islam”.
En el origen de esta disputa está la muerte el año pasado de más de cuatrocientos peregrinos iraníes durante una estampida en La Meca:
“Ni pidieron perdón ni pagaron indemnizaciones”, se queja el presidente iraní, Hassan Rohani. “Ni siquiera han consultado a otros musulmanes ni tampoco tienen planes para hacerlo en el futuro”.
La estampida atizó la tradicional enemistad entre Irán y Arabia Saudí, rivales regionales que lideran las ramas chií y suní del Islam.
Riad afirma que fallecieron 769 personas. Teherán replica que fueron 4.700 y acusa a las autoridades saudíes de desentenderse de muchos heridos, que terminaron muriendo. Arabia Saudí prohibió este año la entrada en el país a los peregrinos iraníes.
Con información de EuroNews