El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha suspendido los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a lo que ha calificado como "crímenes de guerra" cometidos en la región del Catatumbo. Esta decisión se anunció hoy 17 de enero, tras una serie de enfrentamientos violentos entre el ELN y disidencias de las FARC que han dejado más de 30 muertos, incluyendo a varios firmantes del acuerdo de paz con las FARC.
La suspensión del diálogo se produce en un momento crítico, ya que las partes estaban programadas para reunirse la próxima semana para reactivar las negociaciones, que han estado estancadas desde mayo de 2023. Petro expresó que el ELN ha demostrado "ninguna voluntad de paz" y que sus acciones en el Catatumbo son inaceptables.
La jefa del equipo negociador del gobierno, Vera Grabe, respaldó esta decisión, indicando que no se reanudarán las conversaciones hasta que el ELN muestre un compromiso claro hacia la paz.
Los recientes enfrentamientos han sido particularmente brutales, afectando a comunidades en municipios como Tibú, El Tarra, y Teorama. Se reportan no solo muertes, sino también secuestros y desplazamientos forzados de civiles, lo que ha llevado a la Defensoría del Pueblo a calificar la situación como "extremadamente grave". La ONG Indepaz ha confirmado la muerte de al menos cinco firmantes del acuerdo de paz.
La suspensión ha generado reacciones entre líderes políticos y defensores de derechos humanos. El senador Rodrigo Londoño, exlíder de las FARC, y el expresidente Juan Manuel Santos han expresado su preocupación por la violencia contra los firmantes de paz y los líderes sociales.
Santos enfatizó que no se puede permitir que los grupos armados continúen atacando a quienes buscan construir la paz en Colombia.