La posibilidad de que corporaciones petroleras de los Estados Unidos (EEUU) adquieran las empresas europeas BP, Shell y TotalEnergies está planteado, dentro de lo que se ha llamado "una operación corporativa trasatlántica".
Mario Beroes/El Político
George Hay, experto en temas energéticos, afirma que Exxon Mobil y Chevron estarían sacando cuentas y hablando con inversores que sopesan y valoran mucho más a las grandes petroleras estadounidenses que a las europeas.
"Ello plantea la cuestión de si Exxon o Chevron podrían emprender una operación corporativa transatlántica".
"La ventaja de valoración del dúo de EEUU es tangible, a pesar de que los resultados de Shell de 2022, mostraron que los beneficios se duplicaron interanualmente, igualando a los de sus homólogas estadounidenses".
-Obtuvo récords de 40.000 millones de dólares en el año, y de 9.800 millones en el cuarto trimestre, gracias a una fuerte recuperación de las ganancias procedentes del gas natural licuado de 6.000 millones; y superó las previsiones de los analistas, de un beneficio de 8.000 millones de dólares.
Algunas cifras
Shell elevó su dividendo un 15% en el trimestre. También anunció un nuevo programa de recompra de acciones por valor de 4.000 millones en los próximos tres meses, sin cambios respecto a los tres anteriores.
Pero Exxon, con 473.000 millones de dólares, y Chevron, con 331.000 millones, cotizan a 6 veces el ebitda previsto para 2023, el doble que la media de Shell, 210.000 millones, Total, 154.000 millones, y BP, 109.000 millones.
Una de las razones es que, a medida que los precios del petróleo se han disparado, las perforadoras estadounidenses parecen más atractivas que las europeas, que también están apostando por energías renovables potencialmente menos rentables.
"Imaginemos que Chevron o Exxon adquirieran BP por 170.000 millones, teniendo en cuenta una prima del 30% sobre su capitalización bursátil, más la deuda. Los 19.000 millones de beneficio operativo neto después de impuestos previstos por el grupo británico para 2023, según datos de Refinitiv, implicarían una rentabilidad del 11% sobre el capital invertido".
-Una cifra muy superior al costo de capital de BP, que probablemente se sitúe en torno al 9%. Los analistas de Citi calculan que una fusión de este tipo podría crear sinergias de costes por valor del 10% de los 37.000 millones de gastos operativos de BP. Ello elevaría la rentabilidad al 13%. Parece que merece la pena.
Y algunos problemas
Sin embargo, el financiamiento es complicado. Por ejemplo, si Exxon estructura la compra de BP como una operación en efectivo, su deuda neta se dispararía del 5% del capital total a un incómodo 39%.
Mientras que el apalancamiento de BP se situaba en torno a ese nivel durante la pandemia, los inversores estadounidenses podrían presionar para que se hiciera una operación con acciones, más conservadora, o una combinación de acciones y efectivo.
También quedan sin respuesta una serie de preguntas como qué tipo de transacción es preferible para los accionistas estadounidenses; una megaoperación en lugar de las enormes recompras y dividendos que reciben actualmente.
"Cualquier acuerdo transfronterizo supondría para Mike Wirth, de Chevron, o Darren Woods, de Exxon, una gran apuesta por la continuidad de los altos precios del petróleo, y también atraería la atención política."
-Podrían tener que deshacerse de los activos de las gasolineras británicas por motivos de competencia, y desprenderse de los activos solares y eólicos de BP o Shell que forman parte de los planes británicos de descarbonización.
También están los activos de BP en el Golfo de México, que aunque atractivos para un comprador estadounidense, no lo son en otras partes..
La otra cuestión es si los inversores institucionales con sede en Reino Unido quieren poseer títulos de un perforador estadounidense menos centrado en desarrollar las renovables.
Algunos se sienten realmente atraídos por la visión de Shell, BP y Total de ser los guardianes de la transición energética y, por lo tanto, podrían exigir una prima de transacción mayor o rechazar de plano una oferta.
Pero incluso el jefe de BP, Bernard Looney, parece decepcionado con algunos de los rendimientos de las inversiones bajas en carbono, según el Wall Street Journal.
Planea, dice el diario, reducir su apuesta verde (BP presentará sus resultados del cuarto trimestre el día 7).