Los embajadores de Alemania, España, EEUU, Francia, Italia y Reino Unido pidieron que cese la violencia en Libia porque causa la muerte de inocentes, y advirtieron de que esos actos socavan la posibilidad de lograr una reconciliación política y social.
"Condenamos los enfrentamientos que tuvieron lugar en Trípoli los días 23 y 24 de febrero, así como el uso indiscriminado de la violencia en el país contra el pueblo de Libia", señalan los embajadores de los seis países, según un comunicado firmado por los diplomáticos.
Al menos diez milicianos salafistas murieron el jueves y viernes en bombardeos de la aviación bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este de Libia, en el barrio de Qanfuda, clave para la conquista de la ciudad oriental de Bengasi.
Conocido como la "Alepo de Libia", en el barrio de Qanfuda viven atrapadas cerca de un centenar de familias sin acceso desde hace casi un año a electricidad, agua corriente, medicinas y alimentos frescos.
Asimismo, rechazan el uso de la violencia y cualquier tipo de amenaza dirigida contra el primer ministro que apoya la ONU, Fayed al Serraj, y las instituciones libias, como ocurrió en el ataque del 20 de febrero de 2017.
El llamado Gobierno libio de unidad, sostenido por la ONU, acusó a un "grupo ilegal" no identificado de tratar de asesinar el día 20 a su líder, Fayez al Serraj, tiroteando su convoy en una carretera de Trípoli.
Los seis países reiteran el compromiso con la preservación de la soberanía, integridad territorial, unidad y cohesión nacional de Libia.
También expresan su apoyo al Acuerdo Político Libio del 17 de diciembre de 2015 "como base para una solución política incluyente de los presentes conflictos".
Además, confirman su apoyo al Consejo Presidencial como la institución de gobierno legítima reconocida como tal por la resolución 2259 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Los seis países declaran que sostienen los esfuerzos de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL, en siglas en inglés) para abordar la crisis política, de seguridad, económica e institucional que afecta al país.
Asimismo, dan la bienvenida al alto el fuego entre las fuerzas presentes en la zona de Abu Sleim, en Trípoli, logrado gracias a la intervención del Consejo Presidencial, y reiteran que el uso de la fuerza es prerrogativa exclusiva de las instituciones del Estado y de sus fuerzas de seguridad.
Los embajadores de los seis países reafirman que son los libios quienes han de decidir su propio futuro y que están dispuestos a apoyar sus esfuerzos para construir "una Libia unida, próspera y fuerte e implementar el objetivo del Acuerdo Político Libio de lograr una transición pacífica a un nuevo gobierno que sea resultado de elecciones.
EFE