Uno de los efectos de la pandemia del Covid-19 en Latinoamérica es la incorporación de migrantes y refugiados venezolanos en el sector salud. Esta realidad reveló el papel fundamental que desempeña esta población como actores de desarrollo de la región, pese a las condiciones desfavorables con las que debe ejercer.
El Político
Un reciente estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reseñado por EFE busca visibilizar el aporte de este cuerpo de profesionales de la salud proveniente de Venezuela en la lucha contra la Covid-19 en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú. Estos países concentran aproximadamente 3,6 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela; lo que representa cerca del 70% del total de venezolanos alrededor del mundo.
La OIT estima que en estos países de acogida hay al menos 20.000 médicos venezolanos; aunque advierte que las cifras reales podrían ser "significativamente superiores", a falta de datos oficiales, dice la nota publicada por Descifrado.
Según el informe "El aporte de las personas refugiadas y migrantes venezolanas frente a la pandemia de la Covid-19 en los servicios esenciales de salud"; la respuesta de algunos países al déficit de profesionales sanitarios abrió puertas a venezolanos para laborar en la primera línea de la batalla contra el virus; independientemente de contar o no con los requisitos legalmente establecidos.
"Los trabajadores migrantes y refugiados, lejos de ser ‘vulnerables’, han sido pilares de las economías de la región desde que empezó la pandemia", señaló el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro citado por EFE.
Sin embargo, el estudio revela que apenas un 52% de los profesionales sanitarios venezolanos ejerce su profesión; pues de los tres países evaluados solo Perú, Chile y Argentina promulgaron decretos que promueven su contratación temporal.
OIT pide revisar las políticas de contrataciones
Ante estos resultados, la OIT insistió en la necesidad de que los países revisen su política; esto con el fin de promover la contratación y la empleabilidad del personal de salud migrantes y refugiadas.
Para el organismo, sería un mecanismo para cerrar su actual déficit de profesionales y fortalecer sus sistemas sanitarios.
Exceso de trabajo para los venezolanos
Por otro lado, el informe de la OTI alerta del exceso de trabajo para los profesionales de la salud venezolanos; los cuales deben laborar un promedio de 48 horas semanales por un sueldo de entre 300 y 1.000 dólares. Además, alrededor de la mitad no tiene contrato de trabajo y solamente un 10% cuenta con un seguro de vida en caso de incapacidad o muerte a causa del Covid-19, reseña EFE.
En este sentido, la OIT pidió desarrollar políticas públicas que fomenten a contratación de personal de salud migrantes; "bajo un enfoque de trabajo decente", que ofrezca garantías de respeto a sus derechos.
Un segundo estudio reforzó esta idea, en relación a la "compleja" situación laboral que viven los refugiados venezolanos que, en medio de la crisis sanitaria, vieron una oportunidad de empleo en el sector de reparto de alimentos y medicinas.
Esta segunda investigación precisa que, en Colombia y Perú, menos del 30% del personal encuestado cuenta con un seguro contra accidentes; y menos del 20% con un seguro de salud.