Con los Juegos Olímpicos en la vuelta de la esquina, la seguridad de Brasil se ha multiplicado en prevención a una posible amenaza terrorista. La semana pasada, un grupo de brasileros fue detenido por las autoridades, quienes notificaron que habían interceptado a diez sujetos que tenían vínculo con el Estado Islámico. Se baraja la posibilidad de que el país se encuentre en la lista de destinos susceptibles a un ataque por el grupo extremista, al tratarse de un escenario que albergará el evento deportivo más importante del mundo.
María Silvia Espinoza / El Político
Los detenidos participaban en un grupo virtual llamado “Defensores de la ley islámica” y compartieron por aplicaciones como Telegram y WhatsApp varios mensajes que, según palabras del ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, constituían una exaltación a las actividades terroristas del EI, ya que intercambiaban videos de ejecuciones realizadas por la organización y celebraban los recientes atentados en Orlando (EE UU) y Niza (Francia). Incluso, los integrantes llegaron a mencionar los JJ OO como posible escenario para un ataque, estableciendo objetivos y planes a seguir, lo que enseguida activó la alerta de los funcionarios de seguridad.
Según las declaraciones del ministro de Justicia, uno de los sujetos del grupo se encontraba planificando un viaje para entrar en contacto directo con los ISIS. Sin embargo, el traslado nunca se realizó por falta de recursos económicos.
La justicia de Brasil logró acceder a los contenidos de los mensajes debido a una ley antiterrorista aprobada meses atrás, que permitió detectar indicios tempranos de radicalismo entre los integrantes. Estos deseaban fomentar la intolerancia racial, de género y religiosa y, adicionalmente, el uso de armas y tácticas de guerra para alcanzar sus objetivos, según reseñó el diario brasileño O Globo.
De Moraes añadió que, durante la intervención en las comunicaciones del grupo, se pudieron detectar que se hablaba también de la posibilidad de adquirir un fusil AK-47, mediante un sitio de Internet clandestino paraguayo, y recibir clases de artes marciales.
A pesar de la gravedad que conlleva el escenario de amenazas, el ministro calificó al grupo como una “célula amateur” aficionada, puesto que, según explicó, no mostraron ningún tipo de técnica y preparación en la comunicación y en la transacción que estaban llevando a cabo para obtener el arma de fuego.
Seguridad y simulacros
Luego de conocerse la detención e intenciones de los diez ciudadanos, cuyas edades rondan presuntamente entre los 20 y 40 años, las autoridades brasileñas han desplegado operativos de seguridad, tales como simulacros, con el fin de evitar una tragedia terrorista similar a la vivida en Niza, Francia, la semana pasada. Después del ataque en la ciudad francesa, la policía del país comenzó revisar aún más exhaustivamente su plan de seguridad de cara a las olimpiadas, para lo que activó puntos de control y restricciones de tráfico.
Se han distribuido alrededor de 80 mil elementos, entre policías y militares, para la seguridad de los JJ OO.
Raúl Jungmann, ministro de Defensa de Brasil, aseguró el miércoles que el país prepara para Río de Janeiro un esquema de seguridad que va acorde con la magnitud del evento deportivo, sin ignorar en ningún sentido el riesgo y la amenaza que representa el terrorismo.
El ministro de la Presidencia, Eliseu Padilha, también se manifestó al respecto: “La captura de diez sospechosos de planear actos terroristas durante los JJ OO Río 2016 es una prueba de que el Gobierno está atento a cualquier amenaza”. También indicó que con la detención de los sujetos han logrado mostrar al mundo la cooperación intensa que Brasil tiene con agencias internacionales de inteligencia, cuyos servicios contribuyeron a identificar a los objetivos de los individuos apresados.
Monitoreo constante
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, señaló que el gobierno recibe información constante y específica sobre el trabajo del personal encargado de la seguridad de los Juegos Olímpicos. “Brasil vigila cualquier movimiento sospechoso y cada persona que llega al país es fiscalizada”, explicó.
Según se reseñó en el portal web de CNN, el gobierno brasileño confirmó que a cuatro individuos se les negó la acreditación olímpica porque estarían presuntamente vinculados con terroristas.
El vocero de la Secretaria de Eventos Especiales de Brasil, Enrico Canali, declaró que una búsqueda en bases de datos internacionales reveló que los cuatro sujetos eran buscados por la policía, pero no mencionó la procedencia de estos.
Temer enfatizó que una fuerza de seguridad seria no puede ignorar la situación actual, aunque se trate de un grupo sin experiencia y con aparente falta de coordinación. Incluso, dio a conocer que esta misma agrupación era investigada desde abril y que ya se presumía que podía estar planificando un atentado durante los Juegos Olímpicos.
Amenaza en la mira
Aunque analistas han concluido que Brasil no posee antecedentes como destino de ataques terroristas, debido a que el país no se ha involucrado en guerras y a que se encuentra a distancia de territorios con presencia yihadista, el hecho de ser anfitrión del evento deportivo más observado del mundo lo coloca como un atractivo objetivo.
De hecho, el domingo 17 de julio un grupo que se autodenominó Ansar al-Khilafah Brasil prometió mediante la aplicación Telegram su lealtad al líder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, y añadió propaganda del grupo insurgente en portugués, según lo informó el Grupo de Inteligencia SITE.
Andrei Rodrigues, jefe de seguridad de los Juegos Olímpicos, mencionó a principios de julio, en una entrevista de CNN, que no le generaba sorpresa que ISIS usara propaganda en lengua portuguesa antes de los Juegos. También, explicó que no había nada nuevo en esto, puesto que el grupo terrorista usa los medios de comunicación para promover sus ideas y conseguir adeptos.
Hasta el momento, las autoridades brasileñas dieron a conocer que se encuentran compartiendo información con gobiernos extranjeros, que se han unido a la cooperación para evitar cualquier amenaza que impida el normal transcurrir de los JJ OO.