El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue moviendo masas y cuenta con el apoyo de la mayoría de la población, pero su popularidad, que llegó a batir récords después de arrasar en las elecciones de 2018, parece comenzar a resentirse después de año y medio en el poder.
El Político
Lopez Obrador arrasó en las elecciones de 2018 con un 53% de los votos, el mayor porcentaje obtenido por un por un candidato desde 1982 y su popularidad, según algunas encuestas, llegó hace un año al 85%. No obstante, estos porcentajes de aprobación no han dejado de bajar.
Dos sondeos elaborados a finales de febrero, uno de la encuestadora Buendía y Laredo y otro del diario Reforma lo sitúan ahora entre el 62% y 59% respectivamente.
En la primera se realizaron 1,000 entrevistas a adultos a finales de febrero y tiene un margen de error de +/- 3.5 puntos porcentuales. Para la segunda se encuestaron a 1,200 personas con un margen de error de +/- 4.3 puntos porcentuales.
Un ejemplo se vio este fin de semana en un acto político en su estado natal, el sureño Tabasco, donde gobierna local y estatalmente su mismo partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Ahí quedó latente que quienes le escuchaban no coincidían con él en todos sus planteamientos y abuchearon a las autoridades locales. El presidente les reprendió.
"A la autoridad se le tiene que respetar", esgrimió exaltado ante los chiflidos de la gente contra el alcalde de esta población y contra el gobernador de Tabasco, del mismo partido que López Obrador.
Además, amagó con suspender su parlamento en el mitin, durante el cual algunos vecinos le reprocharon no haber cumplido algunas de sus promesas.
Feminicidios y recesión, las principales razones
Una economía en recesión, polémicas medidas de austeridad o tachar de enemigos a víctimas de la violencia, colectivos feministas o grupos de izquierda que antaño le apoyaron, han suscitado críticas y, sobre todo, han hecho que los mexicanos de 2020 se encuentren mucho más polarizados entre quienes le aman y le odian.
Mientras el combate a la corrupción y las becas son percibidas en los sondeos como un éxito del Gobierno, los índices de inseguridad se han convertido en el gran talón de Aquiles para un presidente cuya aprobación parecía de hierro.
“Acerca de mi popularidad, estamos bien, tenemos mayoría, la gente nos está apoyando”, indicó el lunes al ser preguntado sobre estas cifras sin un atisbo de preocupación. “Y también pues sufrimos desgastes porque, imagínense, enfrentar a los conservadores corruptos, que no quieren dejar de robar, están molestísimos”.
López Obrador ha insistido en que se someterá a una revocación de mandato si los mexicanos así lo exigen.
El primer año de gobierno de López Obrador fue el más violento desde que hay registros en México, con las cifras récord de 34,582 asesinatos y 1,006 feminicidios en 2019.
De hecho, el desdén con el que se pronunció el presidente sobre los recientes asesinatos de una joven y de una niña de siete años ha caldeado mucho el ambiente previo al Día Internacional de la Mujer y al paro de mujeres convocado para el 9 de marzo, que se prevé histórico.
Los índices de aprobación serán cada vez más importantes para López Obrador, quien prevé convocar en el ecuador de su mandato un referéndum para que los ciudadanos decidan si sigue en el cargo.
"El día que el pueblo no me quiera, voy a llorar y me voy a ir a Chiapas. No como esos presidentes que tienen el 10, el 15 o el 20 % de aprobación y allí están, nada más por el cargo", aseguró el presidente en la mañanera de este lunes.
A pesar del desgaste, López Obrador está lejos de la mala imagen de su predecesor, Enrique Peña Nieto, que concluyó su mandato con un apoyo popular que rondaba el 20 %.
Fuente: AP