Las probabilidades de que Vladimir Putin sea enjuiciado por lo crímenes de guerra en Ucrania son muy bajas, y aquí explicamos el porqué.
El Político
Un antes y un después significó el anuncio del inicio de una "operación militar especial" de Putin, que no fue otra cosa que la invasión a Ucrania y que hoy ya cumple un año.
Desde esas palabras de Putin, las palabras crímenes de guerra han rondado por la mente de los defensores de derechos humanos, activistas y políticos.
Lo que servía como recuerdo
Servían como precedente los recuerdos del paso de las fuerzas del Kremlin en países como Chechenia o Siria. Vladímir Putin nunca ha sido condenado y muchos abogados apuntan a que, esta vez, tampoco se sentará delante de un juez.
Cuantas más evidencias consiguen los defensores de los derechos humanos, más se desvanecen las esperanzas de conseguir justicia. El Centro para las Libertades Civiles de Ucrania, uno de los ganadores del Premio Nobel en 2022, lleva meses investigando presuntos crímenes de guerra.
El equipo se desplaza a zonas recién liberadas para entrevistar a los supervivientes y víctimas de masacres. En total, ha conseguido recolectar más de 18.000 documentos que evidencian crímenes de guerra.
Esta es, afirman, solo la punta del iceberg dentro de la estrategia de terror de Vladímir Putin en Ucrania. Una parte de los esfuerzos están centrados en la iniciativa Tribunal para Putin, con la que quieren iniciar los mecanismos necesarios para que el presidente ruso sea condenado por los crímenes de guerra que se están documentando.
Objetivo final
Para empezar, este tribunal tiene un largo camino por delante porque la iniciativa "no es legal, es política". "Si Occidente dice que quiere ver a Putin enjuiciado, está indicando efectivamente que su objetivo final es lograr un cambio de régimen en Moscú", afirma Richard Gowan, miembro asociado del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y director de la ONU en International Crisis Group, a El Confidencial. El experto sostiene que no existe un escenario en el que Putin o sus asesores vayan de manera voluntaria a juicio, por lo que la única manera de que eso sucediera es si el presidente dejara de serlo y el nuevo Gobierno lo entregara a la Justicia.
"Si decimos que queremos ver a Putin en juicio, básicamente estamos diciendo que nuestros objetivos de guerra incluyen un cambio de régimen en Moscú. Si Putin cree que eso es lo que Occidente quiere, entonces tendrá incentivos adicionales para seguir luchando e incluso intensificar la guerra si las cosas van mal para el ejército ruso", añade Gowan. Se trata, por lo tanto, de una cuestión de prudencia para evitar riesgos de escalada en el conflicto.
La estrategia del terror de Putin
Para las organizaciones ucranianas que forman parte de la iniciativa Tribunal para Putin, los indicios de crímenes de guerra son tantos que no hay manera de esconderlos. Bucha fue uno de los casos más notorios. En marzo de 2022, esta ciudad copó las portadas de todos los periódicos internacionales con las imágenes de la muerte tras el paso de las fuerzas del Kremlin.
Cuerpos esparcidos en las calles y puestos unos encima de los otros en fosas. Esta fue la primera vez que salió a la luz la palabra zachistka en la guerra de Ucrania. Significa ‘limpieza’ y es el término que utilizaron las fuerzas rusas para ir de puerta en puerta para identificar a ciudadanos que podrían ser amenazas potenciales para el Kremlin, por colaborar con las tropas ucranianas o por presentarse como voluntarios para luchar en el frente.
Ese mismo mes, en Mariúpol, un ataque aéreo ruso destruyó el Teatro Académico Regional de Arte Dramático de Donetsk, donde cientos de civiles se refugiaban. "Vi explotar el tejado del edificio. Entonces, vi mucho humo y escombros. No podía creer lo que veían mis ojos porque el teatro era un santuario. Había dos grandes letreros que decían ‘niños", explicó Grigoriy Golovniov, un empresario ucraniano testigo del ataque, a Amnistía Internacional.
Fuente: El Confidencial