Con el fin de abordar la crisis migratoria, el presidente chileno, Gabriel Boric, anunció que buscará trabajar con Venezuela y Bolivia para la recepción de migrantes que sean expulsados de Chile.
El Político
En ese sentido, Boric pidió a los gobiernos de Bolivia y Venezuela que reciban a los migrantes deportados por las autoridades chilenas, en medio de nuevas medidas para reducir el ingreso irregular de migrantes, en su mayoría venezolanos, por la frontera norte de Chile.
Dos semanas después de decretar la militarización de zonas clave en la frontera que Chile comparte con Bolivia y Perú, Boric visitó esta semana la localidad altiplánica de Colchane, ubicada a dos kilómetros del territorio boliviano, y uno de los pasos más usados por los migrantes para ingresar a territorio chileno.
¿Por qué es importante?
La situación de crisis migratoria en el norte de Chile ha provocado un enfrentamiento entre los gobiernos de Santiago y de Bolivia, reportó LaOpinion.
Eso ha generado una disputa sobre todo con Bolivia, con la que Chile mantiene una tensa relación histórica.
“Nuestra prioridad está en proteger la frontera para asegurar una migración que sea regular, segura y ordenada”, dijo Boric, que advirtió que una de las trabas que entorpece la deportación de quienes cometen delitos es que los gobiernos de Bolivia y Venezuela no reciben a las personas expulsadas.
En contexto
Boric afirmó anteriormente que “cuando llegamos al gobierno había una cola muy grande de expulsiones sin ejecutar, que se ha ido alargando producto de las dificultades”, refiriéndose a las 20 mil expulsiones no ejecutadas durante el 2013 al 2021, según dio a conocer la ministra del Interior, Carolina Tohá.
En esa línea, enfatizó en que “esto no es solamente un problema de recursos, es un problema de que no se abre el espacio aéreo, por ejemplo, en Venezuela”.
Ante dicha situación, el Presidente aseguró que mandato al canciller Alberto van Klaveren a “reforzar las conversaciones con nuestros países vecinos”.
Sin embargo, horas más tarde, el canciller venezolano Yvan Gil, afirmó a través de su cuenta de Twitter que “el gobierno de Venezuela aún no ha recibido solicitud de trabajo coordinado con gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones de venezolanos”.
Añadió que “la coordinación en esta materia ha sido un clamor nuestro, así como la exigencia de respeto a los DD.HH de nuestros compatriotas”.
El Gobierno de Venezuela aún no ha recibido solicitud de trabajo coordinado con Gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones de venezolanos. La coordinación en esta materia ha sido un clamor nuestro, así como la exigencia de respeto a los DDHH de nuestros compatriotas https://t.co/cDYnC8Aq7B
— Yvan Gil (@yvangil) March 15, 2023
1. Cuál es la situación en el norte de Chile
Las autoridades chilenas calculan que unas 21.553 personas ingresaron a Chile el año pasado a través de Colchane, una comuna fronteriza en la norteña región de Tarapacá de 1.680 habitantes.
Además de venezolanos, las autoridades de Colchane afirman que también se ha incrementado la llegada de personas provenientes de países como Colombia, Haití y El Salvador.
Por ello, desde finales de febrero más de 600 militares están desplegados en la zona para colaborar en el control migratorio.
"Hay esfuerzos de diálogo" dice el Pdte @GabrielBoric sobre los dichos del canciller venezolano @yvangil quien desconoció gestiones de Chile para abordar deportaciones de venezolanos. "Acá no se trata de que escalemos problemas sino que encontremos soluciones" @meganoticiascl pic.twitter.com/2VqLYFX0lS
— Rodrigo Sánchez (@rodrigoelpelao) March 16, 2023
2. Qué pide el gobierno de Boric
El mandatario chileno aseguró que una prioridad para su gobierno será agilizar diálogos con las autoridades de Bolivia y Venezuela para que reciban a las personas que sean expulsadas.
“Nuestros países vecinos, y en particular Bolivia, no están llevando adelante la reconducción de los ciudadanos venezolanos y colombianos que entran por la frontera de Colchane y que no son recibidos por el lugar donde entran, y eso tenemos que solucionarlo“, afirmó.
Boric insistió en que su gobierno lanzará una actividad diplomática “intensa” con La Paz y Caracas para que reciban a los ciudadanos deportados.
La expulsión de un ciudadano extranjero puede tener un costo de más de $3,000 dólares, explicó recientemente el jefe del servicio local de migraciones chileno.
Sin embargo, el mandatario advirtió que no se trata sólo de un asunto de recursos.
“Es un problema que no se abra el espacio aéreo en Venezuela“, indicó. “Los trámites administrativos para poder realizar procedimientos de expulsión son muy engorrosos”.
A pesar de ello, matizó que “no se trata de que escalemos problemas, sino de que busquemos soluciones, ese es el espíritu del gobierno chileno, hay esfuerzos de diálogos”.
Boric dijo que próximamente se reunirá “con diferentes presidentes amigos de América Latina” como Andrés Manuel López Obrador (México), Alberto Fernández (Argentina), Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia) y Luis Arce (Bolivia).
“Uno de los temas que vamos a tratar es justamente éste”, afirmó.
Desde su cuenta de Twitter, el canciller venezolano, Yvan Gil, descartó que el gobierno del presidente Nicolás Maduro haya recibido una “solicitud de trabajo coordinado con el gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones de venezolanos”.
3. Cuál es la posición de Bolivia
El gobierno boliviano rechazó las afirmaciones de Boric y alegó que no existe un acuerdo bilateral para la “reconducción de migrantes”.
“Respecto a que Bolivia no estaría llevando adelante la reconducción de ciudadanos de otros países, entendiendo ésta como la expulsión del territorio chileno, no existe ningún acuerdo, convenio o instrumento bilateral que genere dicha obligación“, respondió el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani.
“El procedimiento de reconducción al que se refiere el presidente Boric es una normativa chilena que no genera ningún tipo de obligación internacional”, agregó.
Mamani insistió en que la posición del gobierno de Arce es que “esos temas deben ser abordados con las autoridades de las nacionalidades de la migración de origen, evitando la estigmatización negativa del migrante y cualquier acción que pueda vulnerar derechos humanos”.
El expresidente boliviano Evo Morales se sumó al rechazo del gobierno de Arce y advirtió en su cuenta de Twitter que lamentaba “la posición unilateral” de Boric “hacia migrantes que son víctimas de los bloqueos económicos de EEUU contra Venezuela”.
Aseguró que “la llamada ‘reconducción’ con militarización y sin coordinación bilateral es forzar la expulsión con estigmatización”.
4. Las tensas relaciones entre Chile y Bolivia
Durante su reclamo por la situación de los migrantes venezolanos, el presidente chileno recordó que Chile y Bolivia no tienen relaciones diplomáticas desde 1978, cuando se rompieron los últimos vínculos entre ambos países debido a la demanda boliviana de salida al mar.
El principal desacuerdo reside en el reclamo boliviano de recuperar 400 kilómetros de costa y 128,000 kilómetros cuadrados de territorio que perdió a manos de su vecino durante la Guerra del Pacífico.
La actual delimitación territorial fue fijada en un tratado firmado en 1904, en el que se afirmaba que la soberanía chilena se extiende hasta la frontera con Perú y la de Bolivia no alcanza a tocar el mar.
Sin embargo, en el documento se le otorga a Bolivia a perpetuidad un amplio y libre derecho de tránsito comercial por territorio chileno y por los puertos del Pacífico.
Chile insiste en que, gracias a ese tratado, Bolivia tiene acceso libre de impuestos al puerto chileno de Arica, en el norte del país. También recuerda que pagó y construyó un ferrocarril que enlaza Arica con La Paz.
Por ello, las autoridades chilenas rechazan la idea de que su postura afecte el desarrollo económico de su vecino.
Bolivia, sin embargo, considera que el acuerdo de 1904 es profundamente injusto e insolidario, y exige conseguir como mínimo un corredor que se extienda desde su frontera con Chile hasta el Pacífico, donde pueda desarrollar la actividad industrial y comercial bajo su bandera.
En conclusión
La crisis migratoria venezolana es una crisis humanitaria provocada por el incremento del flujo descontrolado de personas procedentes de Venezuela, cuyos orígenes datan de 2002.
En el 2003, luego de la expulsión de aproximadamente 20.000 trabajadores de PDVSA a raíz del paro petrolero, muchas familias salieron hacia Colombia, donde se iniciaba el boom petrolero.
Entre el 2005 y el 2008 numerosos empresarios salieron del país a causa de la persecución política y la nacionalización de empresas industriales y agropecuarias.
El 2015, fue más notorio entre la clase media, a causa de la crisis económica que enfrentaba Venezuela, siendo 697.562 venezolanos que salieron al exterior, lo que representa el 2,3 % de la población total; para el año 2017 pasó a tener casi 5,4 % de la población del país, alrededor de 1,42 millones de personas
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados calcula que más de 7,1 millones de venezolanos han abandonado su país durante los últimos años “para huir de la violencia, la inseguridad, las amenazas, y la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales”.