En las próximas semanas se espera que el Directorio Ejecutivo del "Fondo" -como lo llaman los argentinos- defina si acepta el pedido del gobierno de Javier Milei de desembolsar US$20.000 millones en el marco de un nuevo programa de 10 años.
Algunos especulan con que la cercanía entre el líder libertario y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyo país es, por lejos, el que más contribuye a las finanzas del FMI, permitirían que se apruebe el acuerdo, a pesar de que Argentina aún le debe al organismo más de US$40.000 millones (casi el triple de lo que debe el segundo país más endeudado, Ucrania).
Incluso la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, le dio su visto bueno al pedido de Argentina de recibir un desembolso inicial del 40% del préstamo, señalando a la agencia Reuters que "es una petición razonable. Se la han ganado, dado su desempeño".
No obstante, el anuncio de Milei de que acudiría al FMI, como tantos de sus antecesores, causó enorme sorpresa.
Después de todo, no fue hace tanto que el propio mandatario, en su rol anterior como diputado nacional, votó en contra de la renegociación de la deuda con el FMI que impulsó su predecesor, Alberto Fernández, por considerarla "profundamente inmoral".
"Este gobierno, con este acuerdo, está tomando deuda. Y hay que tener claro, que la deuda son impuestos futuros, son impuestos que pagan por ejemplo personas que no votan: nuestros hijos, nuestros nietos, y personas que ni siquiera nacieron todavía", señaló en su discurso de rechazo en 2022, en el que cuestionó que el dinero del FMI se usara para financiar la "fiesta" del excesivo gasto público.
No fue la única vez que Milei criticó un pedido de ayuda al Fondo.
En 2018, cuando era un comentarista económico en programas televisivos -mucho antes de entrar en la política- también fustigó en muy duros términos la decisión del entonces presidente Mauricio Macri – hoy un aliado, aunque con tensiones- de negociar lo que terminaría siendo el mayor préstamo en la historia del FMI, por US$50.000 millones (de los que Argentina terminaría recibiendo US$44.000 millones).