Ser policía en Ibiza sale carísimo. A las funciones de servir y proteger los agentes han añadido la de sobrevivir en una isla donde el alquiler en invierno supera los 1.600 euros de media, y en verano ni existe.
Para colmo, al Ministerio del Interior pillar delincuentes en Baleares le sale mucho más barato que en Canarias, donde el plus de insularidad que reciben los agentes es más del doble.
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El presidente del Consell de Ibiza, el socialista Vicent Torres, pidió ayer a la nueva delegada del Gobierno María Salom una solución a este «problema estructural que padece la isla por la falta de agentes».
También se lo pidió a su antecesora, y su antecesor en el Consell al correspondiente delegado del Gobierno. Y así desde hace al menos cuatro legislaturas sin que nadie se haya animado a solucionar el problema.
La plantilla de Ibiza está formada por 287 agentes de los que se cubren 241 plazas. Para el Jefe Superior de Policía de Baleares, Antonio Emilio Jarabo, esta ocupación del 83,99% está más o menos «en la media».
Aunque falta un detalle. Las plazas se planificaron para el 2007, cuando la población en la isla era de algo más de 100.000 personas. Hoy roza los 150.000 con picos en agosto de 400.000. Es cierto que la mayor parte de la isla es jurisdicción de la Guardia Civil pero por desgracia su situación no es mejor.
Salom aseguró ayer en Ibiza que iba a intentar llegar acuerdos con instituciones por si podía hacer algo con el problema del alojamiento. También que tanto «la reposición de las plazas, como la acuciante falta de vivienda y la insuficiencia del plus de insularidad» eran problemas que había trasladado personalmente al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien al parecer le dijo que «lo tenía sobre la mesa» y era «un problema prioritario».
Pero las noticias que llegan desde Interior apuntan precisamente a lo contrario. El nuevo comisario de Ibiza, Jose Manuel Mariscal de Gante, hermano de la que fuera ministra de Justicia de Aznar, explicó que nada más llegar al cargo pidió refuerzos al Jefe Superior de Policía, aunque solo fuera para el verano, pero que ya le comunicaron que «va a estar complicado».
Aunque acaba de llegar, Mariscal de Gante ya sabe lo que le toca en su nuevo destino: «A nadie le compensa venir porque se lo gastaría todo en el alojamiento». Y recordó el agravio comparativo del plus de insularidad con Canarias.Desde Alternativa Sindical, Carlos Muñoz, apunta además que las dietas que recibe un agente de refuerzo o de prácticas de verano en la isla de Ibiza son iguales a las del resto de la Península, sin que se compense la insularidad.
Y recuerda que los agentes en prácticas, que en algún momento se vendieron ante la opinión pública como refuerzo, no son una solución, ya que son «agentes cuyas funciones se ven limitadas».Un agente de la Policía Local de Ibiza alquila un piso de tres habitaciones a ‘nacionales’ desde hace diez años.
El trajín es constante. «Están lo que les toca y cuando cumplen piden el traslado», explica. De momento ninguno de los que ha tenido ha pedido quedarse en la isla.El resultado es que en el último balance de criminalidad de la Delegación del Gobierno, donde es casi imposible que salga algún dato negativo, se hacía mención al aumento en la isla de los robos en coches y especialmente en viviendas, donde llegaron a 862, una media de más de dos al día, en 2015.
Un agente de Tenerife o Las Palmas recibe un plus de territorialidad de 137,07 euros al mes, además de otros 323 euros de plus de residencia, frente a los 138,14 euros de territorialidad que reciben en Ibiza, y los 81 euros por residencia. Es decir 461,14 euros para un policía destinado a Canarias frente a los 218,07 que recibe un agente en Baleares. La cifra, aun así, seguiría siendo insuficiente para una Ibiza que se encuentra, según una expresión popularizada por todas las instituciones, en «emergencia habitacional».
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Y donde es más fácil encontrar un trabajo que una vivienda.El problema de la vivienda no solo afecta a la Policía, sino también a los guardias civiles, funcionarios, médicos, trabajadores de temporada o cualquiera que tenga la feliz idea de mudarse a esta isla.
