Actualmente en Venezuela hay tres agendas políticas moviéndose en simultáneo. Por una parte, están las gestiones para designar nuevas autoridades electorales, lo que pretende darle paso a una salida democrática al conflicto; por la otra, siguen las amenazas y las arremetidas de Nicolás Maduro para socavar las bases de la oposición y neutralizar cualquier gestión en su contra; y en medio de todo, el afán de Juan Guaidó por reactivar la protesta ciudadana para presionar la salida del régimen, reseñó Al Navío.
El Político
La reportera Zenaida Amador reseña que es un momento crucial para el país, porque está por cumplirse un año de ejercicio ilegítimo del poder por parte de Nicolás Maduro sin que ninguno de los esfuerzos por acelerar su salida haya rendido frutos y el país entra en un ciclo electoral, y porque le resta un año de vida útil a la Asamblea Nacional. A la par de esto, los cambios políticos que se vienen registrando en la región pudieran alterar el curso de las gestiones de presión internacional que se adelantan en contra del régimen venezolano. Por ello el foco de las gestiones está hoy en la esfera nacional y el reto es articular una transición democrática, que si bien luce cuesta arriba por el talante de la dirigencia chavista, no deja de ser la vía que mayor aceptación tiene entre la ciudadanía y en la comunidad internacional.
La movilización de calle efectuada este 16 de noviembre se enmarca en este espíritu. Aunque en general no se cumplieron las expectativas que se creó la gente ante la convocatoria hecha por Juan Guaidó, ya que la concentración de calle no condujo a alguna acción inmediata, bien vale la pena destacar algunos aspectos:
Lo primero es que Guaidó movilizó a más gente de la que originalmente se esperaba tras meses de enfriamiento de las calles.
Lo segundo, que él pudo ponerse al frente de la manifestación.
Lo tercero, que aun con todas las amenazas lanzadas desde las filas del chavismo no hubo represión ni asedio a la protesta.
Y cuarto, que el régimen atrincheró a su gente en las cercanías del Palacio de Gobierno, como acción de resguardo, en un acto con el cual Nicolás Maduro sólo se conectó a través de una llamada telefónica.
Guaidó dejó claro que Venezuela retomó las movilizaciones y por eso anunció una “agenda de conflicto permanente” con actividades diarias para mantener el ímpetu de la protesta, donde destaca el llamado al salir a marchar el 21 de noviembre, Día del Estudiante Universitario. “¡El jueves a la calle, con los estudiantes!”, fue la consigna que quedó en el ambiente. Habrá que ver si la chispa se contagia y si finalmente la ciudadanía se suma para elevar la presión sobre el régimen.
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Fuente: Al Navío