Según las encuestadoras españolas, casi la mitad de los votantes de la formación de Albert Rivera no saben si repetirán su voto
Con la disolución lunes 23 de las Cortes y la convocatoria electoral para el día 10 de noviembre, todo vuelva a empezar, y ya en el Congreso se especula con victorias y derrotas; con quién mejorará su resultado, quién se desinflará.
El PSOE llamará a la movilización con el lema de que les "han arrebatado" el gobierno sin que existiera una alternativa real. No darán tregua a Unidas Podemos y culparán del fracaso de las negociaciones para formar un nuevo ejecutivo a la intransigencia de Pablo Iglesias. Por sus altas pretensiones, por su rechazo a la coalición cuando se le ofreció.
Los socialistas salen "a ampliar su apoyo" el 10-N. Por su izquierda, con quienes no han entendido el empeño de Iglesias de entrar en el Gobierno. Pero por ese flanco ya han ganado casi todo lo posible, por eso, su ataque en ese flanco está orientado en resultar más apetecibles por su derecha. Apelarán al voto "del sentido común, la moderación, a la necesidad de estabilidad y gobernabilidad", e irán a por los desencantados con Albert Rivera.
PP busca reunificar la derecha
Y a por ellos se lanzará también el PP. Los populares entienden que en una repetición electoral les beneficia el voto útil y su propuesta de reunificación del centro derecha bajo la marca España Suma. Y ellos, además, no han flirteado a última hora con una posible abstención a la investidura de Sánchez. Se reivindican como el PP, serio, previsible.
Una cacería implacable
El PSOE pretende convencer a los votantes de centro de Ciudadanos, los que recelan del giro a la derecha, los que no escucharon en la campaña que Rivera nunca facilitaría un gobierno de Pedro Sánchez o no quisieron creerlo.
Y es que el debate interno en Cs, que se ha saldado con la marcha de dirigentes como Toni Roldán y Francisco de la Torre, tiene su reflejo en los sondeos. Según las encuestas, casi la mitad de los votantes de Ciudadanos no sabe si volverá a respaldarlo.
Alrededor de dos millones de votos a la intemperie. Un 45% de su electorado. Esas son las cuentas de los dos grandes partidos. Hasta Ciudadanos admite que 35% de sus votos, más de un millón y medio no se decantará hasta la última semana.
Los socialistas piensan que a Rivera no le ha resultado el movimiento "electoralista" de las últimas horas hacia la abstención porque, opinan, no cala lo suficiente para convencer al votante moderado. Y que no será creíble que defienda ahora que él trató de sacar a España del bloqueo. En esa tesis sujetan que no podrá recuperar el electorado de centro.
Con el discurso muy volcado en este espacio, el PSOE prosigue su alejamiento del partido Izquierda Republicana de Cataluña, y refuerza también parte de la actitud combativa con Podemos. Fuentes del partido sostiene que el mensaje de que no han cedido a las pretensiones de Iglesias aunque haya supuesto que no haya Gobierno, les sirve para armar de razones a su electorado tradicional pero también para seducir al de Ciudadanos.
Y un último argumento vale a los socialistas para combatir tanto a Iglesias como a Rivera: "Los nuevos partidos no han traído nada distinto" y "mucha gente empieza a relacionar fragmentación con inestabilidad y bloqueo". Tanto PP como PSOE apuntan a un "refuerzo" el 10-N de los partidos tradicionales, a una revalorización de lo que denominan la "masa madre".
La campaña del PP
El PP no era partidario de la repetición electoral pero ante los hechos consumados y a tenor de las encuestas, se decanta por el optimismo: "Ahora todo puede ir a mejor", aseguran, y están convencidos de que el electorado de centroderecha basculará hacia el voto útil. De ahí que hayan puesto el foco en recuperar los votantes que se fueron a Ciudadanos en abril. La mitad de los indecisos del electorado de Ciudadanos es susceptible de "volver a la casa madre", opinan en el PP.
Por eso el PP va a insistir constantemente en la idea de la confluencia electoral con Ciudadanos, bajo la marca España Suma. En su reunión con Rivera en la noche del lunes, Casado ya sacó el tema. Y vio a Rivera "algo más dialogante", según las mismas fuentes. Aunque Cs rechaza por completo la coalición, los populares tienen esperanzas en que pueda producirse en el Senado. Por eso tratarán de abrir una negociación formal con los dirigentes naranjas.
En el PP quieren redoblar su apuesta por la economía, como contrapunto a Ciudadanos, que no tiene apenas experiencia de gestión. En los albores de una nueva crisis, los populares quieren rearmarse en el flanco económico, y para ello celebrarán una convención en las próximas semanas. En este punto y en su respuesta ante el Brexit, el PP considera que puede arañarle mucho electorado a Ciudadanos, por su mayor "perfil institucional".
Los populares creen que le llevan la delantera a Ciudadanos porque han demostrado ser "la única alternativa" a Sánchez, y el único partido que no ha coquetead" con darle apoyo.
Pablo Casado, presidente del PP, ha planeado "no entrar a la refriega con Rivera ni con Vox", pero quiere pescar en ambos caladeros. Intentará desplazar a Ciudadanos hacia el centroizquierda. "Hay otro millón de votantes que dudan PSOE-Ciudadanos y podrían oscilar", aseguran.
Tendencias
En estos meses de dudas, en el promedio hemos visto mejorar al PSOE y al PP, que suben un par de puntos, mientras retrocedían Podemos (unas décimas), Vox (un punto) y sobre todo Ciudadanos, que ha caído del 15,9% al 13%. Estas tendencias las observan casi todas las empresas encuestadoras. Falta ver cómo funcionará la abstención en un país cansado del maniobreo político.
Con información de El Mundo y el País