El presidente brasileño, Michel Temer salió en defensa de la reforma al régimen de jubilaciones que presentó a consideración del Congreso en diciembre en medio de una jornada de protestas y paralizaciones de sindicalistas en todo el país contra esas y otras medidas impulsadas por el Gobierno.
"Lo que hicimos fue presentar un camino para salvar al sistema de jubilaciones del colapso, para salvar los beneficios de los jubilados de hoy y de los jóvenes que se jubilarán mañana", aseguró el jefe de Estado en un discurso que pronunció en una ceremonia oficial ante un grupo de empresarios.
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El gobernante insistió en que la reforma al régimen de pensiones y jubilaciones es necesaria y urgente para evitar su inminente quiebra.
Temer recordó que el Gobierno federal de Brasil tuvo que socorrer financieramente a algunos estados, como Río de Janeiro, Minas Gerais y Río Grande do Sul, en los que el colapso del sistema de jubilaciones provocó una crisis en las finanzas públicas sin precedentes.
"No queremos que Brasil de aquí a seis o siete años tenga que hacer lo que hicieron estos estados o lo que hizo Portugal, que tuvo que cortar los salarios de los trabajadores activos y de los jubilados, así como elevar la edad de jubilación", afirmó.
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El presidente afirmó que Brasil tiene la opción de promover una reforma profunda en este momento, aunque con las adaptaciones que pueda introducirle el Congreso, porque "no podemos hacer algo modesto ahora para, de aquí a cuatro años, tener que hacer un corte mayor como lo tuvieron que hacer Portugal, Grecia y España".
El jefe de Estado insistió en que la reforma no eliminará el derecho de ningún brasileño, ya que los derechos adquiridos serán respetados, pero prevendrá una crisis futura en Brasil.
En Brasilia, además de una marcha promovida por militantes del Movimiento de los Sin Techo y del Movimiento de los Sin Tierra, cientos de manifestantes ocuparon parcialmente la sede del Ministerio de Hacienda, en cuyo interior tuvieron refriegas con los guardias y rompieron los cristales de algunos ventanales.
Las protestas fueron convocadas por el Frente Brasil Popular y por el Frente Pueblo Sin Miedo, que reúnen a sindicatos como la Central Única de los Trabajadores (CUT, mayor unión sindical de Brasil) y la Central de los Trabajadores de Brasil (CTB).
La mayoría de los organizadores está vinculada al Partido de los Trabajadores (PT), formación de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, destituida en agosto pasado por violaciones a las leyes fiscales y sustituida por Temer.
Con información de EFE