El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha sembrado una nueva polémica al asegurar que le gustaría emular el holocausto judío de la Alemania nazi con los drogadictos del país. Hizo estas declaraciones a su regreso de un viaje oficial a Vietnam.
“Hiter masacó a tres millones de judíos. Ahora aquí hay tres millones de drogadictos y me gustaría masacrarlos a todos. Si Alemania tuvo a Hitler, Filipinas tendrá mis víctimas, que querría que fueran todos los criminales para acabar con el problema de este país y salvar a la próxima generación de la perdición” ha dicho Duterte, unos propósitos que han condenado inmediatamente organizaciones judías.
“La compración de los drogadictos y traficantes con las víctimas del Holocausto es inapropiado y tremendamente ofensivo, a dicho Todd Gutnick, portavoz de la Liga Anti-Difamación basada en Estados Unidos.
“Es incomprensible que un líder quiera seguir el modelo de un monstruo como Hitler”, ha apostillado.
Desde que llegó a la presidencia en mayo, más de 3.000 personas, presuntos consumidores de drogas y traficantes según las autoridades, han sido asesinadas en su agresiva campaña contra las drogas. Duterte ha instado a la policía y a los propios ciudadanos a matar a narcotraficantes y consumidores.
Hoy cientos de estudiantes se han manifestado en Manila para pedir que se acabe con los asesinatos y la impunidad.
“Lo que queremos decirle a la gente es que estas cosas importan, estas vidas importan. Hay unas dos mil personas que han muerto en estos asesinatos extrajudiciales, lo que está ocurriendo aquí no es nigún proceso legal” ha dicho la convocante de la protesta, Nica Dominique Ondoy.
Estados Unidos, Naciones Unidas y la Unión Europea han denunciado que estas muertes constituyen una violación de los derechos humanos, a lo que Duterte ha respondido con ataques poco diplomáticos.
El líder llegó a insultar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pese a que ambos países siempre han mantenido una buena relación, al tiempo que llamó “hipócrita” a la Unión Europea por preocuparse de las muertes en su país mientras “permiten que se pudran” los refugiados.
También tachó de “inútil” a la ONU y rechazó reunirse con su secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, amenazando con sacar al país de la Organización.
El vicedirector de la división de Asia de Human Rights Watch ha asegurado que comparándose con Hitler, Duterte está “abriéndose camino” para acabar delante de la Corte Penal Internacional.
Pese a todo el presidente, que ganó las elecciones ampliamente con una campaña basada en la lucha contra la drogadicción y la corrupción, goza de gran popularidad entre los filipinos.
Con información de EuroNews