El presidente de la comisión gestora del PSOE, Javier Fernández (Mieres, 1948), rechaza que si gana la abstención ante Mariano Rajoy haya triunfado la derecha del partido. En su despacho de secretario general del PSOE de Asturias luce preeminente un óleo con un retrato del fundador del partido, Pablo Iglesias, pintado en los años veinte.
Pregunta. ¿Abstenerse para permitir que Mariano Rajoy gobierne es de derechas y votar en contra de izquierdas?
Respuesta. Espero que no. Sería una etiqueta falsa. Hacer un revestimiento ideológico de algo que es complejo pero táctico no es adecuado. Lo ideológico es otra cosa. La ideología es hablar de impuestos, del mercado laboral, del carácter universal de la sanidad, de la función de la educación, de la igualdad y el igualitarismo… Es táctico debatir si interesa a España y al PSOE en estas condiciones ir a nuevas elecciones.
P. ¿Y qué ha pasado en el PSOE para que tenga que decidir algo así en 20 días y haber dejado pasar cuatro meses tras las elecciones?
R. Nos habíamos mineralizado en el silencio respecto a lo que interesa a España y al PSOE. El debate no puede estar prohibido. Conviene hablar. Es indispensable hablar. El no a un Gobierno del PP está en la médula de los militantes del partido, por tanta corrupción y por los recortes. La contundencia con la que los dirigentes socialistas hemos rechazado una posible abstención ha ahondado en ello. Pero se ha revelado imposible otra opción de Gobierno, por lo que ahora se requiere un aterrizaje forzoso en el principio de realidad, que no sintoniza con el sentimiento de los militantes más fervorosos.
P. ¿Y cómo convence al votante del PSOE que lleva semanas escuchando que “no es no” a un Gobierno de Rajoy?
R. Le diría que una vez que no hay alternativa de izquierdas, no podemos cerrar en falso el debate sobre la abstención o incluso no tenerlo. Abstenernos no es apoyar. Eso es un concepto muy primario de la política. La política no es poesía, es prosa. No es sentimiento, es razón.
P. ¿Y quién debe tomar la decisión final? ¿El comité federal o los militantes?
“El ‘no’ a un Ejecutivo del PP está en la médula de los militantes”
R. El comité federal, pero tendremos muy en cuenta a los militantes. Tenemos la obligación de que haya un debate entre los militantes, pero debe ser el comité federal. Este órgano de dirección decidió hace casi 10 meses que, ni por activa ni por pasiva, el PSOE haría posible un Gobierno del PP. Si ahora, libremente, se toma otra decisión, por cultura política, es el mismo comité federal el que debe hacerlo. Ya sé que tiene mala prensa la mediación y la representación, pero son los delegados del comité federal los que deben tomar la decisión, en su labor de representación, y luego responder ante los militantes. La tendencia a la democracia directa no está en la cultura del PSOE, que no es una organización partidaria de los plebiscitos y tiene una cultura representativa.
P. Ya le ha advertido a Rajoy de que no garantizará la estabilidad de su posible Gobierno. ¿Son conscientes de que les va a pedir apoyo ley a ley?
Pregunta. El Partido Socialista de Cataluña (PSC) celebra su congreso el próximo fin de semana, en el que defenderá un Estado plurinacional que lo aleja de la propuesta federal del PSOE, que se plasmó en la Declaración de Granada de 2013.
Respuesta. Y no nos engañemos. Fuimos a Granada por el PSC. Me gustaría que de ese congreso saliera reforzado el eje ideológico en relación al eje identitario. Nadie como yo desea que lo que salga no supere las cuestiones pactadas en Granada, porque eso significaría una revisión, implícita o explícita, de la relación del PSOE con el PSC.
P. Podemos les ha superado en comunidades históricas como Cataluña, Galicia y el País Vasco. ¿No estarán entendiendo mejor la realidad actual de España?
R. Podemos se adapta al medio. En unos sitios se diluye. En otros forma una franquicia. Pero nosotros, el PSOE, somos los únicos que tenemos un proyecto de Estado para España. Estamos dispuestos a discutir con otros, pero deben poner sobre la mesa sus propuestas.
P. ¿Es el desafío catalán el principal problema de España?
R. La nación es un sentimiento. El Estado, un instrumento por el que se reconocen derechos y obligaciones. Al menos aspiro a que un nacionalista catalán, aunque no se sienta nunca integrante de la nación española, sí se sienta ciudadano del Estado español. Yo intento separar la identidad de la ciudadanía.
R. Que quede claro que El PSOE no se plantea en ningún caso una alianza con el PP, pero claro que hay asuntos de Estado en los que siempre estaremos con el Gobierno. La oposición no hay que plantearla siempre desde el antagonismo, sino desde la utilidad a los ciudadanos. Abstenerse, repito, no es apoyar, pero hay que olvidarse de la idea frentista que tenemos de la política, que la reduce a un mero antagonismo.
P. Si hay elecciones, todos los partidos les culparán a ustedes de la repetición. ¿Es esta una de las causas de que quieran evitar ir de nuevo a las urnas?
R. Es absolutamente injusto que se nos traslade toda la responsabilidad, pero en política no basta tener razón, hace falta que te la den. Tengo la absoluta seguridad de que si hubiera nuevas elecciones seríamos señalados como los responsables. El PSOE sería el chivo expiatorio.
P. Se cita su nombre o el de Ángel Gabilondo como posibles candidatos si finalmente se repitieran los comicios.
R. Yo en términos de Gobierno solo pienso en el Gobierno de Asturias. Respecto a Gabilondo, a quien admiro mucho, pregúntenle ustedes si está en ese tipo de expectativas.
P. ¿El problema del PSOE es de liderazgo o de proyecto?
R. Las victorias cohesionan y fortalecen en la misma medida en que las derrotas socavan. Si en 2008 no hubiéramos sufrido la crisis económica más profunda desde el 29, el PSOE no estaría en esta situación. Fue culpa de la crisis y de nuestros errores. Hemos visto cómo se alejaban del partido los trabajadores, las clases medias urbanas y los jóvenes, que son en sí casi una clase social. No hemos transmitido fiabilidad como partido de cuadros capaz de una eficaz gestión de la economía. Teníamos credibilidad social pero no credibilidad económica. En los Gobiernos, así como en el partido, debemos tener a los mejores. Y no siempre ha sido así.
P. ¿Ha renunciado el PSOE a ser ya un partido de mayoría absoluta?
R. El PSOE no debe renunciar a ser un partido de mayorías, aunque no sé si absolutas. Nos definimos como socialistas, obreros y federales. Pero más allá de ser de los socialistas, de los obreros y de los que se definen como federales, tenemos que ir a captar a los profesionales libres, a los pequeños empresarios, a los funcionarios, a las clases medias que quieren cambiar, pero no quieren romper los equilibrios básicos de la sociedad. Por eso nunca votarían a Podemos.
“Este partido no tiene una cultura plebiscitaria sino representativa”
P. Pero parece que sus votos se están yendo por la izquierda.
R. Objetivamente hemos perdido votos hacia Podemos y hacia la abstención. Pero antes ya perdimos muchos. En ningún caso el PSOE debe moverse del centro izquierda para aspirar a ser solo la fuerza hegemónica de la izquierda. Con eso dejaríamos de ser la alternativa de Gobierno. Ser solo el primer referente de la izquierda y la referencia ética en el Parlamento nos llevaría a dejar de ser el partido que quiere gobernar España. Aun así, debemos defender y defendemos el flanco izquierdo.
P. Ha dicho usted estos días que el PSOE se estaba podemizando. ¿A qué se refiere? ¿A su táctica, a su mensaje?
R. No, a la cultura. Hay una parte de la cultura de Podemos que es básicamente disyuntiva. Arriba, abajo; pueblo, casta; buenos, malos; élite, ciudadanía… Y eso conduce siempre al plebiscito. Es maniqueo, y se resuelve siempre de manera plebiscitaria y no con deliberación. Podemos tiene propuestas, muchas de ellas bienintencionadas, por ejemplo en materia social. Pero las políticas, además de bienintencionadas, deben ser útiles. Y la mayoría de las que hace Podemos no son útiles. Porque hace abstracción del principio de realidad. Y el PSOE se está impregnando de alguna manera de esta cultura, al igual que la apelación a la democracia directa, que termina con la representación. La cultura populista es la cultura de la simplificación, y esa no puede ser nunca la cultura del PSOE.
P. ¿Y su partido ha caído en la simplificación?
R. La realidad es compleja y alguien tiene que hacerse cargo de ella. La derecha siempre ha sido simplificadora y, en este caso, la izquierda populista también lo es. El único partido con vocación realmente reformista es el PSOE.
“El PSOE sería señalado como chivo expiatorio si hay elecciones”
P. Y con todos estos debates pendientes, ¿no ha dado estos días el partido la impresión de que lo que ocurría era una simple guerra de poder?
R. Yo no voy a negar los desacuerdos, que son públicos, entre la dirección y dirigentes relevantes de la organización incluido yo mismo. Pero ahora hablamos de otra cosa, que es la posición que debe adoptar el partido para evitar nuevas elecciones. No voy a entrar en lo que han sido estos dos años, ni tampoco en lo que ocurrió el pasado sábado en el comité federal. Quiero olvidarlo cuantos antes. Como presidente de la gestora, me corresponde templar y no agitar.
P. Si finalmente se decide la abstención, ¿cree usted que los diputados socialistas partidarios del no a Mariano Rajoy mantendrán la disciplina de voto?
R. Estoy convencido de que, si tiene que haber una votación sobre la abstención, el grupo parlamentario responderá con lo que ha sido siempre la tradición del partido.
P. ¿Qué pasó con la decisión, luego rectificada, de relegar a Pedro Sánchez a la quinta fila del hemiciclo? ¿Quién tomó la decisión?
R. En ningún caso se pensó en represalias a nadie, pero con independencia de quién tome las decisiones, la responsabilidad como presidente de la gestora es siempre mía.
Con información de El País