La Policía de Río de Janeiro quiere interrogar al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, en calidad de testigo en la investigación a una mafia acusada de vender ilegalmente entradas para los Juegos Olímpicos.
El director de la Policía Especializada del estado de Río de Janeiro, Ronaldo Oliveira, informó el pasado jueves de que los investigadores quieren que Bach explique por qué es citado en correos electrónicos de los acusados.
Entre estos está el ahora expresidente del Comité Olímpico Irlandés y exmiembro de la dirección ejecutiva del COI Patrick Hichey, así como el presidente de la empresa THG, el también irlandés Kevin Mallon, que fue detenido el 5 de agosto en un hotel de Río de Janeiro con cerca de 1.000 entradas.
Ambos fueron arrestados en agosto pero se beneficiaron este mes de órdenes de libertad condicional, aunque tuvieron que entregarle sus pasaportes a las autoridades brasileñas y comprometerse a no salir de Brasil.
La Policía dijo tener entre las pruebas un correo electrónico en el que Hickey le solicita a Bach 500 entradas adicionales para diferentes eventos de los Juegos Olímpicos y, aunque no fue hallada ninguna respuesta, después del citado mensaje el Comité Olímpico Irlandés recibió otros 296 boletos para el evento.
"Nos interesa escuchar al presidente del COI ya que él es citado en los mensajes. Si no conseguimos escucharlo aquí, en Brasil, podemos enviar una carta rogatoria para que preste testimonio en el exterior", afirmó Oliveira.
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El comisario alegó que la Policía no ha entrado en contacto con nadie del COI y extrañó la decisión de Bach de no acudir a la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos Río 2016, inaugurados en la noche del miércoles.
Fue la primera vez desde 1984 que un presidente del COI no participó en la inauguración de unos Juegos Paralímpicos.
Dijo que, a diferencia del Comité Organizador Río 2016, que ha colaborado intensamente con la investigación, el COI hasta ahora no entró en contacto con la Policía brasileña.
Según la Policía, el Comité Olímpico de Irlanda contrató a la empresa Pro 10 para vender entradas en Brasil para los Juegos Olímpicos que fueron clausurados el 21 de agosto pero los boletos fueron transferidos a la firma THG, liderada por Mallon, y encargada de venderlos en los Juegos de Londres 2012.
Esta empresa, de acuerdo con la Policía, vendía entradas con precios hasta cinco veces por encima de lo normal y pedía hasta 8.000 dólares por un boleto para la ceremonia de apertura y hasta 15.000 dólares para el acto de clausura.
Tras su detención y ante el escándalo, Hickey renunció temporalmente a su cargo en el Comité Olímpico Irlandés y a sus diferentes funciones en la dirección del COI como presidente de los Comités Olímpicos Europeos y vicepresidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO).
Con información de EFE