El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, negó que posea un palacio en Dubai comprado por "los Gupta", una familia de empresarios de origen indio que en los últimos años ha conseguido lucrativos contratos estatales en el sector del armamento, la minería o las telecomunicaciones.
"El presidente no posee ninguna propiedad fuera de Sudáfrica y no ha pedido a nadie que le compre una", señala un comunicado emitido por la presidencia en respuesta a un artículo del diario "Sunday Times" que asegura que la citada familia regaló al mandatario una mansión los Emiratos Árabes valorada en 25 millones de dólares.
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La vivienda atribuida a Zuma, situada en el barrio más lujoso de la ciudad y próxima a la de otros mandatarios africanos, como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, tiene diez dormitorios y trece cuartos de baño.
A finales del pasado año, la oposición sudafricana presentó una denuncia contra el presidente por supuestos delitos de corrupción relacionados con presuntas concesiones ilegales a los Gupta, con quien el mandatario mantiene, además, negocios particulares.
Según testimonios recogidos en un informe de la exdefensora del Pueblo Thuli Madonsela, los tres hermanos Gupta llegaron a ofrecer, con el conocimiento de Zuma, puestos de ministro a dos miembros del partido gobernante, además de obtener irregularmente contratos públicos para sus empresas.
Esta familia alcanzó notoriedad en Sudáfrica en abril de 2014, al conocerse que un avión privado que trasladaba desde la India a invitados a una boda de la familia había aterrizado en una base militar de Pretoria de uso exclusivo de jefes de Estado.
En el poder desde 2009, Zuma, que finaliza en 2019 su segundo -y por imperativo legal- último mandato, tiene pendientes ante la Justicia otros 783 cargos de corrupción.
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Desde el pasado mes de enero se han celebrado numerosas y multitudinarias manifestaciones en las principales ciudades del país para exigir su dimisión.
EFE