Una protesta de senadoras opositoras interrumpió este martes la votación de una reforma laboral propuesta por el Gobierno del presidente brasileño, Michel Temer, y llevó a que el hemiciclo de la Cámara alta quedase virtualmente a oscuras.
En momentos en que los senadores discutían el proyecto, que es rechazado por sindicatos y cuenta con el apoyo del empresariado, senadoras de la oposición ocuparon la mesa del pleno e impidieron que el presidente del Senado, Eunicio Oliveira, llegase a su silla.
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Tras una media hora de discusiones, Oliveira se retiró finalmente del recinto, pero ordenó apagar la luz del hemiciclo, en el que algunas decenas de senadores decidieron permanecer pese a la oscuridad casi plena en que quedó el lugar.
La protesta fue encabezada por las senadoras Gleisi Hoffmann y Fátima Bezerra, ambas del Partido de los Trabajadores (PT), quienes siguieron ocupando el espacio en que debía ubicarse Oliveira aún después de que las luces fueron apagadas.
Uno de los puntos más polémicos de la reforma laboral plantea que "lo acordado valga por encima de lo legislado", lo cual dará valor legal a los convenios pactados entre trabajadores y empleadores, aún cuando no se ajusten totalmente a las normativas en vigor.
Eso, según el Gobierno, permitirá que las vacaciones anuales sean divididas hasta en tres veces, que se pueda negociar la jornada de trabajo y otros acuerdos, siempre y cuando sean fruto de convenios colectivos y no violen principios laborales fundamentales recogidos en la Constitución.
Antes de la votación en el Senado, cientos de obreros de gremios metalúrgicos protestaron contra la reforma laboral en Sao Paulo, a unos 1.000 kilómetros de Brasilia, en una tibia resistencia a la propuesta del Gobierno de Temer.
EFE