Cientos de activistas de movimientos campesinos se manifestaron en Brasilia contra una reforma del régimen de jubilaciones que elabora el nuevo Gobierno de Brasil, encabezado por el presidente Michel Temer.
La protesta fue realizada frente a la sede del Ministerio de Planificación, que afina una reforma que será propuesta al Congreso y contempla estipular los 65 años como edad mínima para la jubilación, al margen del género y el tiempo de contribución.
La manifestación se sumó a otras ocurridas en días anteriores, pero al calor de la crisis política que la semana pasada desembocó en la destitución de la ahora expresidenta Dilma Rousseff, cuyo cargo ahora es ejercido en forma efectiva por Temer.
Hasta ahora, las leyes que rigen la jubilación en Brasil prevén diferentes variantes, que fundamentalmente pasan por el tiempo mínimo de contribución, que es de 30 años para las mujeres y 35 para los hombres.
En el caso de los trabajadores del campo, ese requisito no existe y la jubilación puede ser solicitada a los 60 años en el caso de los hombres y a los 55 cuando se trata de mujeres, pues se considera que sus labores causan más desgaste.
"La reforma propuesta traerá una pérdida de derechos para los trabajadores y trabajadoras del campo, que pasarán a ser igualados con los trabajadores urbanos", indica una nota difundida por los movimientos que organizaron la protesta.
La manifestación se desarrolló en forma pacífica, aunque en la sede del Ministerio de Planificación hubo algunos empujones entre campesinos que pretendían ingresar al edificio y los responsables de la seguridad, que finalmente lo impidieron.
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Con información de EFE