Es domingo 11 de julio en Santiago de Cuba y un joven pide desde la Plaza de Marte aplausos para el pueblo por las protestas. "Que lo sepa el mundo entero, ya ganamos una batalla, todavía faltan miles", dice mientras decenas le escuchan. Algunos le aplauden. Un hombre le dice que se calle y aletea sus manos para que se vaya del lugar.
El Político
A esa misma hora, en otros puntos se viven también protestas como no se habían visto en seis décadas en la isla comunista, todas con un grito en común: "libertad", "medicinas", "alimentos"…
Las manifestaciones han sorprendido a propios y extraños, incluyendo a analistas y periodistas internacionales que han estado destacados en Cuba, reportó Univision.
Para ellos han marcado un punto de no retorno al temor a protestar y al status quo que usualmente preceden a un estallido social.
Espontaneidad en las protestas
"Esto se le fue por debajo de las piernas (al gobierno), porque tiene un alto grado de espontaneidad. En Cuba, sus servicios de inteligencia predicen algo que va a ocurrir cuando está siendo orquestado, cuando hay activistas mandándose mensajes los interceptan rápido", explicó a Univision Noticias Moisés Ávila, editor en jefe de la agencia AFP para América Central que trabajó hasta el año pasado como corresponsal en Cuba.
En la isla se ha macerado un cóctel de varias crisis, desde la económica que ha ahogado a los cubanos por años hasta la del covid-19 que ha asolado, por ejemplo, a la provincia de Matanzas con más de 1,000 casos en las últimas semanas y llevado al límite a un sistema hospitalario que el gobierno pregona es de los mejores del mundo.
La falta de libertades y los cortes eléctricos que son cada vez más frecuentes parecen haber llevado también al límite a muchos cubanos.
Por eso las manifestaciones que primero se vieron el domingo pasado en San Antonio de los Baños, Bauta y Artemisa —todas localidades en la periferia de La Habana— se fueron replicando con las horas en otras zonas a lo largo y ancho de la isla.
Protestas rompieron barrera psicológica
"Aquí se rompió una barrera psicológica muy importante, que es común a todos los países totalitarios: la idea de que las protestas masivas en la calle son imposibles. Esa barrera se rompió el domingo, pueden reprimir a palos y a tiros, pero no hay vuelta atrás", consideró a Univision Noticias Sebastián Arcos, director asociado del Instituto de Investigación Cubano de la Universidad Internacional de la Florida.
La represión como la que menciona Arcos ha sido la respuesta por la que ha apostado hasta el momento el gobierno de Miguel Díaz-Canel —incluyendo la aparición de Raúl Castro en una reunión de urgencia del buró político.
Organizaciones como Movimiento San Isidro han denunciado la detención de más de un centenar de personas; ha habido operativos que analistas catalogaron de "militarización"; y fue bloqueado temporalmente el acceso a internet y con ello a las redes sociales que desde los celulares han reproducido dentro de la isla y al mundo lo que allí acontece.
Fuertes movilizaciones
En lugares como Santiago de Cuba se han observado fuertes movilizaciones de motos, patrullas policiales y camiones antimotines.
"Hemos visto también escenas muy preocupantes, porque efectivos antimotines que están disfrazados como Boinas Negras, que son los que tienen armas largas, tienen contigentes de jóvenes civiles que arman con (esas) armas largas", dijo Rafael Rojas, doctor en historia cubano en El Colegio de México.
Rojas explicó que, en plazas y parques, se ha visto también confrontaciones verbales; entre los que son partidarios de la protestas y los contrarios a ellas. Hasta ahora, han dejado una persona muerta, informó el gobierno cubano.