La pregunta que todo el ámbito financiero y económico se hace es sí la Reserva Federal estadounidense logrará manejar una inflación pertinaz, que hasta los momentos pareciera exigir a Jerome Powell y su equipo un esfuerzo titánico.
El Político
A su vez, este hecho está dificultando enormemente la tarea de leer la dirección de los mercados de renta fija a los inversores.
¿Por qué es importante?
A diferencia de otras clases de activos, la volatilidad tampoco ha dado mucho respiro a la renta fija este año.
A comienzos de año, los mercados de renta fija mostraban un tono alcista, ya que esperaban que la desaceleración del crecimiento suavizara las presiones inflacionistas y permitiera a los bancos centrales dar marcha atrás a su política monetaria agresiva.
Sin embargo, los datos de actividad de EEUU siguieron emitiendo señales de fortaleza y hasta que no se hundió el Silicon Valley Bank los mercados no se convencieron de que la Reserva Federal estaba acercándose rápidamente al final de sus subidas de tipos.
Inflación retrocede
No obstante, la inflación subyacente se ha mantenido en niveles elevados debido al desequilibrio entre la demanda y la oferta.
El índice de precios basado en el gasto de consumo personal (el indicador de inflación preferido de la Fed) sigue siendo más del doble del objetivo del banco central.
Las presiones que sufrieron las cadenas de suministro durante la pandemia y los conflictos geopolíticos están obligando a las economías a replantearse la conveniencia de confiar en la globalización que había arraigado durante las últimas tres décadas.
Este hecho podría traer consigo un descenso de la eficiencia y mayores costos.
Ahora, el umbral para que se genere inflación está más bajo, ya que incluso un leve incremento de la demanda espolea la inflación.
A modo de conclusión
Las economías están aguantando relativamente bien a pesar de la subida de tipos de la Fed de cinco puntos porcentuales desde marzo de 2022.
Las expectativas de recortes de los tipos de interés no se cumplirán hasta el próximo año debido a la resistencia de la economía.
Puesto que no está produciéndose una destrucción de empleo generalizada, atender los gastos cotidianos o pagar la hipoteca no supone un problema, si bien las rentas disponibles han descendido.
Aunque parece que la inflación dicta el ritmo de las subidas de tipos, el mercado laboral es un factor decisivo para su nivel máximo.