El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó un decreto por el que los deportistas y entrenadores que hayan recurrido al dopaje se quedarán sin las llamadas "subvenciones presidenciales".
Estas y otras subvenciones del Estado son clave para la práctica profesional de muchos deportes sin tirón comercial, por lo que se espera que la medida ayude a luchar contra el dopaje.
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Un informe del abogado canadiense Richard Mclaren encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) dio por demostrado que más de 1.000 deportistas olímpicos rusos se vieron implicados o se beneficiaron de manipulaciones para ocultar sus positivos entre 2011 y 2015.
McLaren y la AMA sostienen que el Kremlin autorizó y patrocinó un programa estatal de dopaje para mejorar los resultados de sus deportistas, sobre todo en las distintas modalidades de atletismo y también durante los Juegos de Invierno de Sochi en 2014.
Rusia siempre ha rechazado estas acusaciones y ha denunciado que las pruebas reunidas por el equipo de McLaren no se sostienen.
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Un buen número de deportistas rusos, en su mayoría atletas, han sido descalificados por dopaje en los últimos meses después de que el presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), Sebastian Coe, se manifestara decepcionado por la falta de progresos en el atletismo ruso en la lucha contra el dopaje.
Rusia ha prometido luchar contra el dopaje y duplicará las pruebas antidopaje este año.
Con información de EFE