El alborozado presidente ruso, Vladímir Putin, felicitó a Xi Jinping por asegurar su histórico tercer mandato como líder de China y elogió el fortalecimiento de la relación entre los dos países.
El Político
El presidente ruso envió este viernes un mensaje de felicitación a su homólogo chino, Xi Jinping, por su elección como presidente de China.
"Querido amigo, por favor acepte nuestras más sinceras felicitaciones con motivo de su reelección (…) Rusia valora mucho su contribución personal al fortalecimiento de los lazos… y la cooperación estratégica entre nuestras naciones
Estoy seguro de que trabajando juntos, aseguraremos el desarrollo de una cooperación ruso-china fructífera en todo tipo de áreas diferentes. Continuaremos coordinando el trabajo conjunto en los temas regionales e internacionales más importantes", expresó en un comunicado difundido por el Kremlin.
Putin considera que la decisión de la Asamblea Nacional Popular (ANP) de ratificar la permanencia del jefe de Estado chino en el poder hasta 2028 “es un testimonio del reconocimiento de sus méritos” como máximo líder del gigante asiático.
Por lo que le deseó a Xi que consiga nuevos y mayores logros en la promoción del bienestar del amistoso pueblo chino.
Por qué es importante
Dado el aislamiento internacional por la invasión a Ucrania, Putin necesita de la ayuda de Pekin, a quien estaría pidiendo suministros y armas para la guerra.
El apoyo de China le permite contrarrestar las sanciones impuestas por Occidente a Rusia por su guerra en Ucrania. China es el mayor comprador de energía y recursos naturales rusos, lo que proporciona una fuente de ingresos.
Ambos países comparten una visión similar en cuanto a su postura hacia Occidente. Así como su resquemor ante el crecimiento del poderío militar de Estados Unidos y la OTAN tanto en el este de Europa como en la región de Asia Pacífico.
Los hechos: Xi con poder absoluto
Frente a un inmenso auditorio con casi 3.000 diputados en pie aplaudiendo al unísono, Xi Jin ping se ha coronado como líder supremo por segunda vez en cinco meses.
Pekín ha roto definitivamente con el legado que dejó el líder reformista Deng Xiaoping, quien apostó por un liderazgo más colectivo y puso límites de no más de dos mandatos para que ningún gobernante aglutinara tanto poder como el omnipresente Mao.
Ahora, Xi ocupa oficialmente los tres puestos principales: líder del Partido Comunista, presidente de la República Popular China y comandante en jefe de las fuerzas armadas como presidente de la Comisión Militar Central.
Lo que sigue
Xi abre a partir de ahora una nueva etapa crítica para su país.
Debe reconducir a China por la senda del crecimiento económico después de tres turbulentos años bajo el yugo del confinamientos y bloqueos pandémicos.
Se enfrenta a una fuerte crisis demográfica, con una población que ha caído por primera en seis décadas.
Debe frenar la sangría del desempleo juvenil, modernizar el ejército y buscar la autosuficiencia tecnológica, son tres de las mayores prioridades de su Gobierno.
Fuera de casa, se agudizan las tensiones con Estados Unidos y el potencial conflicto sobre Taiwán.
La invasión rusa de Ucrania también salpica a un Xi que lleva toda la guerra jugando a la ambigüedad, pidiendo el alto al fuego y el respeto a la soberanía de todos los países, a la vez que fortalece lo que él llama "asociación estratégica" con su colega Vladimir Putin, a quien previsiblemente visitará en Moscú este año.
Fuente: Agencias