La Dra. Lisa Mosconi tiene 20 años estudiando el cerebro femenino. Y concluye con orgullo que la mujer es una obra de arte.
El Político
Lisa Mosconi es profesora asociada de neurociencia. Pero además, es directora del Programa de Prevención del Alzheimer en el Centro Médico Weill Cornell, de la Universidad Cornell, en Nueva York.
Su trabajo de investigación sobre el cerebro femenino, que abarca 20 años de observación, estudio, análisis, además de tomar muchas notas, ha arrojado resultados que arrojan muchas luces sobre las diferencias entre los cerebros de las damas y los caballeros.
Diferencias que explican el por qué de un número importante de conductas y patologías asociadas al llamado sexo débil, que de débil no tiene casi nada.
Una primera reflexión de la Dra. Mosconi, señala de manera rotunda, que: "puedo garantizar que no existe nada parecido a un cerebro de género. Rosa y azul, Barbie y Lego. Son todo inventos, que no tienen nada que ver con la forma en que nuestros cerebros están formados", asegura.
"Las mujeres son obras de arte. En el exterior y en el interior". https://t.co/LvS6gem2Bf
— BBC News Mundo (@bbcmundo) April 30, 2023
Lo encontrado tras 20 años de observación
En principio, saltan a la vista varios trastornos neurológicos y psiquiátricos, que afectan a hombres y mujeres en tasas y proporciones diversas.
Mosconi cuenta que: "mi investigación indica que esta disparidad se debe en parte a que los cerebros de los hombres y de las mujeres envejecen de maneras diferente. En consecuencia, se afecta la salud del cerebro de forma distinta".
Y prosigue: "por ejemplo, las mujeres tienen el doble de probabilidades frente a los hombres de ser diagnosticadas con trastornos de ansiedad o depresión. También tres veces más de desarrollar trastornos auto inmunes. Que terminan por afectan al cerebro, como la esclerosis múltiple".
"Además, las mujeres tienen cuatro veces más probabilidades de experimentar dolores de cabeza y migrañas".
"Las damas también tienen una mayor probabilidad de desarrollar meningiomas, el tipo más común de tumores cerebrales. Y son más propensas a accidentes cerebrovasculares mortales".
La Dra. Mosconi continúa, indicando que: "las mujeres son más susceptibles al Alzheimer, la principal causa de demencia en todo el mundo. Que afecta a más de 35 millones de personas. Sorprendentemente, casi dos de cada tres pacientes con Alzheimer son mujeres, lo que significa que, por cada hombre con esta enfermedad, existen dos mujeres que también la padecen".
¿Disparidad médica por género?
Según la Dra. Mosconi, al día de hoy, la salud del cerebro de las mujeres sigue siendo una de las áreas de la medicina que es menos investigada, diagnosticada, tratada y financiada.
Es crucial abordar esta disparidad y ampliar el alcance de la salud de la mujer. Esto para incluir estas preocupaciones vitales.
Un dato que llama poderosamente la atención es que el cáncer de mama se reconoce legítimamente como un problema de salud de la mujer. Pero la enfermedad de Alzheimer no. Esto a pesar de que las estadísticas nos indican que, por cada hombre, dos mujeres sufren de esa enfermedad mental degenerativa.
Las investigaciones de la doctora Lisa Mosconi indican, entre otras cosas, que los cerebros de los hombres y de las mujeres envejecen de forma distinta. https://t.co/gSuBcy630Y
— Telenoticias (@Telenoticias7) April 23, 2023
Más hallazgos
Comúnmente se piensan en el envejecimiento cerebral como un proceso lineal. Sin embargo, en el caso del cerebro de las mujeres, esto no sucede así.
Los cerebros de las mujeres experimentan cambios significativos en puntos de inflexión específicos. Sobre esto, la Dra. Mosconi habla de las "3 P": pubertad, embarazo y perimenopausia.
Mosconi indica que: "tanto la pubertad como el embarazo van acompañados de enormes fluctuaciones hormonales y grandes cambios corporales".
"Pero si bien los efectos físicos de estas etapas son evidentes, es fascinante notar que los mismos cambios hormonales también tienen un impacto en nuestros cerebros".
"Sorprendentemente, tanto la pubertad como el embarazo hacen que el cerebro de la mujer se encoja en ciertas regiones asociadas con la cognición social y el comportamiento".
"Pero, y aquí está el hecho fascinante, hermoso, los científicos creen que este encogimiento es la forma en que el cerebro elimina las neuronas innecesarias y crea espacio para nuevas conexiones que apoyan la transición a la edad adulta, después de la pubertad y a la maternidad tras el embarazo".
"Como resultado de esto, los cerebros de las mujeres se vuelven más pequeños, pero más eficientes durante estas etapas fundamentales".
Mosconi es enfática al afirmar que: "tenemos motivos para creer que también ocurre una mejora similar con la perimenopausia. Los cerebros de las mujeres parecen tener una mayor ‘reserva cerebral’ que los cerebros de los hombres".
La reserva cerebral es la capacidad del cerebro para resistir enfermedades, daños o incluso el envejecimiento.
En decir, cuanto mayor sea la capacidad de reserva del cerebro, menor es la probabilidad de que un individuo manifieste alteraciones cognitivas o conductuales, asociadas con el envejecimiento o las enfermedades degenerativas.
"Por lo general, el cerebro masculino produce más serotonina, el neurotransmisor que nos hace ‘sentir bien’ y que está involucrado en el estado de ánimo, el sueño e incluso el apetito".
"En cambio, las mujeres producen más dopamina (sustancia química presente en el cerebro que regula nuestra determinación y motivación, para realizar cosas y obtener recompensas)".
¿Sabías qué el cerebro de la mujer es en promedio 10% más activo que el del hombre?
Lee y conoce más sobre este hecho.https://t.co/ndQ78coE4s#EmpoderaMIA #MIA #Cerebro #Mujer #ActividadCerebral #Estudio pic.twitter.com/JXj7FeQ1Rb
— EmpoderaMIA (@EmpoderaMIA) July 19, 2018
Cerebro y hormonas
Los cerebros de las mujeres funcionan con estrógeno. Día tras día, las moléculas de estrógeno se deslizan directamente en el cerebro, en busca de "receptores" especiales que tienen la forma precisa para esta hormona.
Los receptores son como pequeños candados que esperan la llave molecular correcta —el estrógeno— para activarse.
Esa es una imagen vívida para una idea crucial: los cerebros de las mujeres están programados para recibir estrógeno.
Cuando llega, se engancha a estos receptores y, en ese proceso, activa una gran cantidad de actividades celulares.
Saber esto hace que sea más fácil comprender cómo la menopausia puede desencadenar una cascada tan extrema de efectos cerebrales.
Los síntomas de la menopausia son entonces las desafiantes consecuencias de un cerebro lleno de receptores, que reciben cada vez menos el combustible que necesitan para actuar.
Uno de los hallazgos más impactantes de la investigación de la Dra. Mosconi es que "el deterioro de la fertilidad femenina con la llegada de la menopausia, tiene un efecto enorme en nuestro cerebro". ¿Por qué y cómo? De hecho, los síntomas de la menopausia empiezan en el cerebro, no en los ovarios.
Durante la menopausia, los ovarios dejan de producir las hormonas estrógeno y progesterona, lo que marca el final de los años fértiles de la mujer.
Sin embargo, estas hormonas también juegan un papel en la regulación de la función cerebral. Y el cerebro, a su vez, controla su liberación. Esto indica que la menopausia no es solo un proceso reproductivo sino también neurológico.
"Cambiar la forma de cómo entendemos el cerebro femenino cambia la forma en la que nos cuidamos y en la que enmarcamos la salud de las mujeres".
Dra. Lisa Mosconi – Neurocientífica
Les recomiendo muchísimo verlo (dura 12 min).https://t.co/gfZjLEJCxD #mujeres— Kath (@kathsaliman) June 28, 2022
A manera de conclusión
La Dra. Mosconi indica que: "a medida que las mujeres se acercan a la mediana edad, existe una ventana de oportunidad crítica, para detectar señales de mayor riesgo cerebral e intervenir con estrategias, para reducir o prevenir ese riesgo".
¿Cómo protegernos de la demencia
y otras enfermedades?
Hay una serie de cosas que toda mujer puede hacer para proteger la salud de su cerebro, sin importar la edad. Por ejemplo, abstenerse de fumar tabaco, estar físicamente activa, comer una dieta rica en plantas.
También reducir el estrés, dormir lo suficiente y evitar las toxinas ambientales. Todas estas son buenas maneras de apoyar la salud del cerebro y también de reducir el riesgo de demencia en el futuro".
La Dra. Mosconi concluye: "para llevar a delante una vida sana y adecuada para nuestra salud, se necesita disciplina. Pero los beneficios son de por vida".