Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, viajó este miércoles a China con un par de motivos principales: estrechar lazos con su mayor socio comercial y hablar de la guerra en Ucrania.
El Político
Eso sí, esta iniciativa de ganar apoyo para buscar la paz en Ucrania, tiene muy pocas probabilidades de prosperar.
De acuerdo a AP, el mandatario brasileño, junto a China y otras naciones quieren ayudar a mediar en la guerra como parte del regreso de su país al escenario internacional.
Pero sus propuestas para poner fin al conflicto han generado molestias en Ucrania y algunos países occidentales. Menos controversial es el interés mutuo de Beijing y Brasilia en el comercio tras un período accidentado durante el mandato del predecesor de Lula, Jair Bolsonaro.
Se prevé que los dos países firmen al menos 20 acuerdos bilaterales en la estancia de dos días de Lula, según el gobierno brasileño.
Viajes
La visita, inicialmente prevista para marzo, fue aplazada porque el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue diagnosticado con neumonía.
El jueves Lula viajará a Shanghái para la ceremonia de investidura de la ex mandataria Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, en inglés), el banco de los BRICS. Rousseff sustituye a Marcos Troyjo, un nombre vinculado al ex ministro de Bolsonaro, Paulo Guedes. El viernes (14), Lula se reunirá en Pekín con líderes sindicales, el presidente de la Asamblea Nacional Popular, Zhao Leji, el primer ministro, Li Qiang, y el presidente, Xi Jinping, reportó Brasildefato.
La cuarta misión internacional del presidente tras asumir su tercer mandato se produce dos meses después del viaje de Lula a Washington. Este año, Lula ya estuvo en Argentina, Uruguay y Estados Unidos, y ahora se dirigirá a China y Emiratos Árabes Unidos, marcando el regreso del país a la arena internacional tras el aislamiento del gobierno de Jair Bolsonaro (PL).
Motivo económico
Lula quiere inversiones en nuevos activos productivos e infraestructura, incluidos ferrocarriles y plantas hidroeléctricas.
Mientras que su homólogo chino exige la entrada formal de Brasil en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (One Belt One Road), que cumple diez años en septiembre, reportó Folha.
Miembros de la comitiva brasileña dieron señales tanto en el sentido de que el presidente brasileño puede firmar un memorándum para unirse al programa chino, que ya cubre 21 países latinoamericanos, como que puede limitarse a un apoyo simbólico, sin adhesión formal.