En total, ocho partidos tanto de derecha como de izquierda se aglutinaron en torno a la iniciativa de la coalición para formar gobierno en Israel y dar al traste con las funciones de Benjamín Netanyahu como primer ministro durante doce años. En este escenario, el nacionalista Naftali Bennett será el primer ministro.
El Político
En el sitio digital informativo argentino Infobae, el corresponsal de guerra Gustavo Sierra difunde un amplio análisis donde se pregunta sobre o que se puede esperar de este nuevo gobierno israelí. Comienza por comentar que ya están juntos para terminar con el gobierno de “Bibi”, como popularmente se le conocen al premier saliente. Asegura: “Eso es lo único que los amalgama. Y la pregunta que se hacían anoche por las callecitas de la Ciudad Antigua era si ese único objetivo es suficiente como para gobernar Israel”.
Sierra añade que el principal socio de Lapid es el nacionalista Naftali Bennett, que será el primer ministro en virtud de un acuerdo de rotación entre los dos en ese puesto. Y que el frágil nuevo gobierno, que contará con una exigua mayoría en el Knesset (poder legislativo) asumirá en unos diez días. Lo que le deja aún un pequeño margen para que la bancada que responde a Netanyahu en el parlamento pudiera intentar algún tipo de maniobra obstruccionista.
En opinión del corresponsal, la noticia de la creación del gobierno se acompañó de la designación del nuevo presidente del país. En efecto, el parlamento eligió a Isaac Herzog para reemplazar al popular Reuvin Rivlin, quien procede del mismo partido que Netanyahu, aunque considerado su enemigo político.
Qué se puede esperar de la endeble y extraña coalición que desplazó a Netanyahu tras 12 años en el poder en Israel – Infobae https://t.co/deJwqqA1Mx
— Gustavo Sierra (@gsierra) June 3, 2021
Netanyahu bien lejos
Sierra prosigue: “La votación se puede ver como una prueba más del fin de la era Netanyahu y de la política que él definió. Herzog es lo más parecido a un ´príncipe de la realeza´ que el sistema político israelí puede concebir. Parte de la antaño dominante élite asquenazí -en referencia a los judíos llegados de Europa-. Que dio forma al Estado israelí durante décadas de gobierno tras su fundación en 1948”.
El analista califica a la nueva coalición como una “una sopa de letras”. La componen los partidos Yesh Atid, Yamina, Kahol Lavan, New Hope, Laborista, Yisrael Beiteinu, Meretz y United Arab List. Mientras que algunos analistas la han aclamado por reflejar la amplitud y complejidad de la sociedad israelí, otros creen que sus miembros son demasiado incompatibles para que su pacto sea duradero. Y la consideran la encarnación de la disfunción política de Israel.
Recuerda que la alianza estará dirigida hasta 2023 por Naftali Bennett, un antiguo líder de los colonos, religiosamente observante. Quien se opone a un Estado Palestino. Y desea que Israel se anexione la mayor parte de la Cisjordania ocupada. Es un ex aliado de Netanyahu que a menudo se describe como más de derechas que el primer ministro.
Hijo de inmigrantes estadounidenses, Bennett, de 49 años, fue el creador de una exitosa empresa de software, comandante del ejército, jefe de gabinete de Netanyahu y ministro de Defensa. También fue director ejecutivo del Consejo de Yesha, un grupo que representa a los diversos asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada. Hasta el último ciclo electoral, Bennett formaba parte de una alianza política con Bezalel Smotrich, un líder de extrema derecha.
Netanyahu: "Un fraude electoral"
Netanyahu, quien aún es jefe de Gobierno, afirma que el pacto en su contra para privarle del control del Ejecutivo es producto “del mayor fraude electoral en la historia del país”.
Conforme a la versión de El País de Madrid, manifestó: “Estamos siendo testigos de la mayor decepción electoral en la historia del Estado”, tronó Netanyahu en la Kneset (Parlamento) en una reunión de los diputados del Likud, su partido. “Mucha gente cree, y con razón, que ha sido engañada”, argumentó el primer ministro en funciones para condenar el trasvase de votos desde el bloque de la derecha que él lidera, “a un peligroso Gobierno izquierdista, respaldado por quienes apoyan el terrorismo [en alusión a los diputados árabes]”. Bennett, cabeza de lista del partido Yamina (nacionalista), se comprometió a no pactar con el centroizquierda en la campaña para los comicios del 23 de marzo.