Se acerca el momento para que Chile tenga el gobierno más izquierdista de su historia desde Salvador Allende. Cabe esperar grandes cambios en la venidera presidencia de Gabriel Boric. Lo que muchos se preguntan es cuán grandes.
Alejandro Armas / El Político
Boric es una figura compleja. Cuesta encasillarlo en categorías ideológicas tradicionales, más allá de su obvia militancia de izquierda. Así que un buen primer adelanto de cómo será su gobierno nos viene de su equipo de trabajo. La semana pasada, por fin, el presidente electo anunció su gabinete.
De la presentación se desprenden varios puntos importantes. En este espacio, no nos detendremos tanto en la juventud de los integrantes, ni en la pionera mayoría femenina, aunque ambas cosas sean notables. Más bien pondremos el foco en la trayectoria y posturas de quienes ocuparán varias posiciones de primer orden.
Recogidos del establishment
Formalmente cada ministro en un gobierno está al mismo nivel y solo responde ante el mandatario. Pero informalmente hay carteras más relevantes que otras, debido a la delicadeza de los asuntos que le competen. Acaso las más importantes en tal sentido sean las de relaciones exteriores, finanzas, defensa e interior (seguridad y orden público).
Pues bien, la próxima canciller chilena será Antonia Urreoja, una abogada que entre 2018 y 2022 presidió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Desde esta posición, y pese a que también tiene inclinaciones izquierdistas, Urreoja ha criticado con dureza la violación sistemática de DD.HH. en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Para el ministerio de Hacienda, Boric escogió a Mario Marcel. Este economista preside el Banco Central de Chile desde 2016. Antes de eso ocupó otros cargos vinculados a la economía, de la mano de los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Se trata, pues, de un hombre vinculado con la vieja Concertación.
En la cartera de Defensa, la seleccionada es la diputada Maya Fernández, una nieta de Salvador Allende. Aunque no se debe juzgar a personas por sus familiares, esta parentela pudiera ser inquietante para los más férreos adversarios de la izquierda. Pero Fernández milita en el Partido Socialista (PS) desde 1992. Es decir, en tiempos de menor polarización que los de su abuelo. Ese PS es más el partido de Lagos y Bachelet que el de Allende.
Por último, la ministra de Interior y Seguridad Pública será Iskia Siches, jefa de la campaña presidencial de Boric. Médico de profesión, militó entre 2004 y 2011 en las Juventudes Comunistas. Pero se retiró y desde entonces ha sido una izquierdista independiente. No ha ocupado cargos políticos antes. Más bien, fungió como presidenta del Colegio Médico de Chile entre 2017 y 2021.
Entre moderados y radicales
Con estas designaciones, Boric parece querer transmitir un mensaje de moderación. Excepto por Siches, los futuros ocupantes de los cuatro ministerios más importantes no tienen ningún pasado extremista o revolucionario. Más bien pertenecen al lado centroizquierdista del viejo establishment posterior a la dictadura de Augusto Pinochet.
Esto no quiere decir que el equipo de Boric está libre de radicales. La reconocida diputada Camila Vallejo, miembro del Partido Comunista, será la vocera del palacio presidencial. Su correligionario Flavio Salazar estará en la cartera de Ciencia.
Quienes comparan a Boric con Hugo Chávez apuntan que el fallecido Presidente venezolano también incluyó a figuras moderadas en su gabinete de estreno. Por ejemplo, Maritza Izaguirre, la primera ministra de Hacienda de Chávez, quien ya había ocupado el puesto en el gobierno del socialcristiano Rafael Caldera. Poco duró en el cargo y el resto es historia.
No obstante, lo que haga Boric más adelante es terreno más para la especulación que para el análisis. De momento, la imagen de su gabinete indica una tendencia marcadamente reformista, mas no revolucionaria.