Los momentos preliminares al día de las elecciones en Honduras se caracterizaron por una inusitada violencia y en el ambiente además reinaron los cuestionados resultados de 2017, asuntos que Washington sigue con mucha atención. Podrían ser estas elecciones presidenciales y generales más significativas en una década en la nación centroamericana. Conforme a los observadores políticos e internacionalistas, la corrupción parece incrustada en los más altos niveles del poder, una de las debilidades para que las transformaciones políticas en la realidad sean una esperanza para los hondureños.
El Político
En New York Times Oscar López, analista dedicado a tratar los temas latinoamericanos, estima que esta vez los aspirantes a la Presidencia ven en estas elecciones una forma de transformar el destino del país. Allí algunos temas, entre ellos los crímenes violentos y la pobreza, obligan a una cantidad cada vez mayor de hondureños a desplazarse hacia el norte. En procura, incluso, de la frontera entre México y Estados Unidos
Sin embargo, a pesar de sus muchas dificultades, una elección libre y justa en Honduras sería clave para Centroamérica. Y le ofrecería un remanso a una región que ha virado hacia el autoritarismo. Y el resultado podría tener consecuencias para la gestión demócrata de Joe Biden.
Para el autor Pérez, a la luz de que la pobreza y la violencia siguen azotando la vida cotidiana de la mayoría de hondureños, miles de los cuales se han ido a Estados Unidos, muchos en el país esperan desesperadamente las transformaciones.
Preliminary results in Honduras suggest leftist Xiomara Castro may be headed to victory. https://t.co/KlvALOIV6D
— Oscar Lopez (@oscarlopezNYT) November 29, 2021
Honduras entre la transición y el cambio
Transcurridos cerca de ocho años de mandato presidencial de Juan Orlando Hernández, cuya gestión estuvo signada por denuncias de corrupción, los dos principales partidos prometen que cortarán por lo sano.
Para la oposición, por ejemplo, las elecciones del domingo son una oportunidad de recuperar el poder por primera vez desde 2009. A la sazón el presidente Manuel Zelaya fue depuesto por un golpe de Estado. Ahora la coalición izquierdista promete detener el deterioro de las normas democráticas muy acentuado durante el mandato de Hernández.
Del otro lado, para el gobernante Partido Nacional las elecciones son una oportunidad para recuperar algo de legitimidad. Luego de años de gobernanza corrupta y de las irregularidades generalizadas evidenciadas durante el más reciente proceso electoral.
En este contexto, las elecciones podrían tener repercusiones con gran alcance en Washington. Allí el demócrata Biden hasta ahora ha visto obstaculizadas dos de sus prioridades de política exterior: controlar la migración procedente de Centroamérica y combatir la corrupción en la región.
Entonces, en New York Times López estima que una elección libre y justa podría crear un pequeño faro de esperanza democrática en la región. Porque es una realidad que vive bajo la sombra del autoritarismo ahora anclado en países como Nicaragua y El Salvador.
Fuente: The New York Times