Todo parece indicar que el fundador de Evergrande Group, Hui Ka Yan, recibió un multimillonario apoyo de otros gigantes del sector inmobiliario chino durante más de una década. Un grupo de magnates con el que Hui jugaba a las cartas lo acompañó en sus aventuras financieras, con las cuales invirtió miles de millones en sus negocios. En concreto: en el el “Big Two Club”.
El Político
El País de Madrid en su sitio Web comenta que mientras las acciones de Evergrande rozan el suelo, corresponde preguntarse cómo pudo su fundador, Hui Ka Yan, sostener su muy elevado endeudamiento por tanto tiempo.
Un grupo de magnates con el que Hui jugaba a las cartas lo acompañó en sus aventuras financieras. Con ellas, invirtió miles de millones de recursos financieros en sus negocios. A saber: en el “Big Two Club”.
El “Big Two”, también conocido como “póker chino”, es un juego en el cual uno tiene que hacer combinaciones para deshacerse de las cartas. Medios locales, como el South China Morning Post, aseguran que Hui Ka Yan puso sobre la mesa de juego sus piezas durante años con otros tres magnates inmobiliarios. Entre ellos Joseph Lau, de Chinese Estates; Henry Cheng, de New World Development, y Cheung Chung Kiu, de CC Land Holdings.
De las cartas al dinero, poco trecho
Conforme a El País, las empresas de los compañeros de juego de Hui Ka Yan se entendieron en el juego durante más de diez años. Bloomberg indica que en 2008 el valor de los negocios entre miembros del club rondaba los US$ 16 mil millones. Dicho respaldo financiero le permitió hacer frente a riesgos mayores y confiando en que sus aliados acudirían en su ayuda.
Un año crucial para sellar su relación fue 2009. Ese año ,Joseph Lau y Cheng Yu-Tung, padre de Henry Cheng, invirtieron cada uno US$ 50 en la OPV de Evergrande. Doce años después, cuando Evergrande cayó financieramente, los miembros del club comienzan a sufrir las consecuencias de la relación.
Cada uno de los miembros del club ha sido notable por sí mismo. Por ejemplo, Henry Cheng es heredero de Cheng Yu-Tung, fallecido en 2016. Y quien entonces fue parte del club. La familia Cheng amasó desde los años 70 uno de los más grandes imperios inmobiliarios. De joyería y de centros comerciales de Hong Kong y China. Según la página Web de su empresa, Cheng hijo forma parte de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo de China, un órgano de asesores políticos del Partido Comunista. La investigadora financiera china Hurun asegura que en 2019 habría sido el noveno hombre más rico de China.
Por su parte Joseph Lau, conocido por su negocio inmobiliario en Hong Kong y por poseer una colección de arte valorada en 850 millones de euros, en 2014, fue juzgado en Macao por soborno y blanqueo de capitales. El magnate renunció a la dirección de Chinese Estate Holdings y apeló a la sentencia. La misma fue rechazada y actualmente permanece prófugo en Hong Kong debido a que no existen acuerdos de extradición con Macao.
Evergrande en su momento más pequeño y oscuro
Y de acuerdo con la versión de BBC, Xu Jiayin, presidente del gigante inmobiliario dirigió una carta dirigida a sus empleados esta semana. En su contenido manifestó: "Creo firmemente que con los esfuerzos y el duro trabajo de todos ustedes, Evergrande saldrá de su momento más oscuro".
BBC comenta que el optimismo expresado por Xu en la misiva dista mucho de la visión que tienen acreedores y analistas internacionales sobre la crisis que enfrenta la empresa inmobiliaria en estos momentos más endeudada del mundo.
Un gigante al borde del colapso que ha remecido a los mercados bursátiles y ha encendido las alarmas ante un posible efecto contagio o dominó. Un crisis previsible para la economía china y del resto sistema financiero internacional, incluso latinoamericano. Entre ellas las economías de Chile, Perú y Brasil, por las importaciones de cobre, hierro y petróleo.
Evergrande, que maneja 1.300 desarrollos inmobiliarios en 280 ciudades del país, tiene en vilo a sus acreedores -dentro y fuera de China-, a sus proveedores, a sus empleados y a las miles de familias que invirtieron sus ahorros en la compra de viviendas y ahora temen quedar arruinados.