Lenin Moreno, quien fue elegido para buscar una nueva victoria del oficialismo ecuatoriano en las elecciones de 2017, es un hombre al que sus allegados consideran una persona afable, cordial y afectuosa, una descripción que encaja con alguien como él, quien asegura que "todo es motivo de felicidad".
Seguramente, su padre, Servio Moreno, quien hoy saludaba sonriente entre el público durante la convención del movimiento Alianza País (AP) nunca imaginó que algún día, aquel muchacho con el que acostumbraba a ir de excursión por la rivera del río Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana, llegaría a ser aspirante a dirigir los destinos del país.
Moreno, quien por entonces era un joven desenvuelto y amigo de sus amigos, aprendió el concepto de la solidaridad de sus padres, en su localidad natal de Nuevo Rocafuerte, provincia de Orellana.
La solidaridad "es la razón por la que estoy aquí en este momento, porque si no vives para servir, no sirves para vivir", sentenció hoy, tras ser ratificado por su formación política para luchar por la presidencia junto al actual vicepresidente, Jorge Glas.
Quienes le han tratado destacan su capacidad de hacer amigos y uno de ellos, Jose Luis Álvarez, aseguraba en una entrevista que "conquista a mucha gente y tiene muchos amigos, muchos amigos y queridos amigos que siempre hemos estado a su lado".
Alvarez se refiere como "un ejemplo de vida" y una persona "de entrega total" al precandidato, quien fue vicepresidente del Gobierno de Rafael Correa entre 2007 y 2013.
Moreno, de 63 años, se desplaza en silla de ruedas a causa de un disparo que recibió en 1998, durante un asalto, lo que le llevó a orientar su vida en favor de la inclusión de las personas con discapacidad tanto en el Gobierno como fuera de Ecuador, donde se ha desempeñado como Enviado Especial de la ONU para la Discapacidad y Accesibilidad.
Tras aquella dura experiencia del asalto, su padre cuenta que Moreno le dijo: "la vida continúa, papá" y le confesó que había perdonado a su agresor.
"Encontré paz espiritual (en) el momento en que empecé a rezar por la persona que me disparó. Seguramente a ese joven le faltó mucho amor", reveló Moreno en otra ocasión.
Colaboradores suyos como Rosangela Adoum dicen que su característica principal es "la bonhomía" y destacan su sencillez, su alegría y su carácter afable.
Adoum cuenta que en una ocasión Moreno le confesó que cuando veía a cualquier persona, incluso en la calle, decidía amarla. "Y él considera que las personas sienten eso", señalaba en una entrevista la excolaboradora. "Esa característica es absolutamente contagiosa", comentaba.
Moreno dice que la risa se ha convertido en su aliado, "porque cuando ella está, el dolor no puede estar" y defiende su efecto analgésico y terapéutico.
El precandidato, autor de varios libros sobre el humor, bromea constantemente, según cuentan sus colaboradores y la propia Rosangela Adoum asegura que le ha visto "solucionar grandes problemas del país con una broma".
Amante por encima de todo de su esposa, Rocío y de sus hijas Cristina, Karina e Irina, según dicen quienes le conocen, el exvicepresidente afirma que le alegran cosas como un atardecer o un amanecer y que le agradan las rosas, las orquídeas, los árboles, el mar, los ríos y, a veces, incluso el inquietante bramido procedente del interior de los volcanes.
Quizá por eso, no es extraño que Lenin Moreno diga que "todo es motivo de felicidad" y que "inclusive los momentos ingratos, no son sino preámbulos de momentos gratos".
Con información de EFE