Son conocidas las diferentes negociaciones que han realizado diferentes personalidades y países para lograr que el dictador Nicolás Maduro deje el poder en Venezuela. La última negociación con este fin la realizó un alto funcionario estadounidense con el esbirro y hombre de confianza del régimen chavista, Jorge Rodríguez. Se filtraron algunos detalles de la misma.
El Político
Este miércoles la agencia Bloomberg informó que un alto funcionario de la administración de Donald Trump intentó negociar la salida del dictador venezolano Nicolás Maduro del poder.
Se trató de el ex director interino de Inteligencia Nacional y actual embajador ante Alemania, Richard Grenell.
Trascendió que Grenell se reunió en México con el ministro de Comunicación de la dictadura, Jorge Rodríguez, en septiembre. No obstante, su esfuerzo fue infructuoso, así lo reportó Infobae.
Una de las incógnitas que no pudo despejar la agencia Bloomberg fue conocer si Grenell contaba con la autorización del gobierno de Donald Trump para realizar las conversaciones.
Sobre este aspecto las fuentes consultadas por la agencia Bloomberg le dieron informaciones contradictorias.
Dos de ellas afirmaron que tenía el apoyo de Robert O’Brien, el asesor de seguridad nacional de la administración.
Otra de las fuentes aseguró que ni el secretario de Estado, Mike Pompeo, ni el enviado especial para Venezuela, Elliott Abrams, estuvieron al tanto de la iniciativa hasta después de su conclusión.
Además, ninguna de las partes involucradas realizó declaraciones sobre el evento.
Estados Unidos lleva a cabo una estrategia de “presión máxima” para lograr el fin del régimen, que se ha traducido en la imposición de numerosas sanciones a la dictadura y sus miembros más prominentes, y ofreciendo a la vez un enfático respaldo al presidente encargado Juan Guaidó.
Los últimos esfuerzos en esa línea han estado enfocados en rechazar las elecciones parlamentarias convocadas para el próximo 6 de diciembre por Maduro. De hecho, este mismo miércoles respaldó en la Organización de Estados Americanos una resolución que pide “condiciones democráticas mínimas” para el reconocimiento de los resultados.
En concreto, el texto presentado por Colombia establece que el reconocimiento de los comicios “dependerá del establecimiento de las condiciones necesarias de libertad, justicia, imparcialidad y transparencia, garantizando la participación de todos los actores políticos y de la ciudadanía, la liberación de los presos políticos, con plazos razonables para su celebración y que cuenten con observación electoral internacional independiente y creíble”.
Sin embargo, ya es demasiado tarde para establecer misiones de observación porque, tal y como está establecido para cualquier país, esos entes deben supervisar el proceso completo, no solo la jornada electoral o los días previos.
El régimen de Maduro invitó a una misión de observación de la Unión Europea (UE). Sin embargo, la propuesta no prosperó ante el rechazo del régimen a posponer los comicios, tal y como lo había solicitado el ente supranacional. En consecuencia, y al igual que sucedió con las elecciones presidenciales de 2018, no gozarán del reconocimiento de la vasta mayoría de la comunidad internacional.
El mismo Donald Trump había asegurado en junio de este año que solo se reuniría con Maduro para discutir su salida del poder. En paralelo, el gobierno también ha presentado un plan de transición en el país caribeño. Este requeriría que tanto Maduro como Guaidó “se hagan a un lado” y que miembros elegidos en la Asamblea Nacional creen un Consejo de Estado que sirva como gobierno de transición, con la misión de organizar elecciones presidenciales libres y justas.
Además, el plan propone una hoja de ruta que contempla un levantamiento gradual de las sanciones a medida que se cumplan distintos requisitos que deriven en el final del régimen y la creación de un nuevo gobierno.