Desde hace años, México se encuentra sumido en una imparable ola de violencia, que se extiende por todo el territorio nacional; sin embargo, uno de los episodios que más han marcado a la sociedad fue la desaparición forzada de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural "Isidro Burgos" el 26 de septiembre de 2014 en Ayotzinapa.
El Político
La manera en la que se conducieron las investigaciones sobre el caso echaron por tierra la denominada "verdad histórica" y hasta la desaparición de los estudiantes sigue sin resolverse.
Derivado de la opacidad en las investigaciones, han sido muchos los periodistas que trataron de reconstruir los hechos de que desataron la violencia en Iguala aquella noche, así como la historia de los desaparecidos, luego de que la narrativa gubernamental quisiera señalar posibles nexos con el narcotráfico, reportó DW.
Ayotzinapa: Peña Nieto en reunión con Arturo Beltrán Leyva y Joan Sebastián
En 2007 estaban reunidos los narcotraficantes Arturo Beltrán Leyva, Edgar Valdés Villarreal, Sergio Villarreal Barragán y el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien gobernó dicha entidad del 2005 al 2011.
El anfitrión era el cantante José Manuel Figueroa, mejor conocido como Joan Sebastián, el hermano de Federico Figueroa.
"El ambiente era de negocios”, dijo el testigo quien estuvo presente en el lugar al menos 40 minutos, suficiente para identificar claramente a Peña Nieto.
AMLO protege a Peña Nieto y al Ejército
Cuando en diciembre de 2018 AMLO tomó posesión como presidente, anunció que habría verdad y justicia en el caso de los 43. Se creó la Comisión de la Verdad, en la Secretaría de Gobernación, encabezada por el Subsecretario Alejandro Encinas.
Desapareció como siglas la PGR y fue sustituida por la Fiscalía General de la República, a cargo de Alejandro Gertz Manero. Y se creó la Unidad Especial de Investigación y Litigación de la FGR, cuyo titular es Omar Gómez; uno de los integrantes del equipo técnico del que fuera el GIEI.
Si bien es cierto que después de siete años el medio ambiente y el tiempo habrán borrado en buena parte el rastro de los normalistas desaparecidos; lo que no se ha borrado es la culpabilidad de los perpetradores, sus cómplices, y quienes los protegieron.