La red eléctrica de Puerto Rico volvió a funcionar el miércoles después de que el martes se cerrara por completo como medida de seguridad en medio de una serie de sismos, entre ellos el más poderoso que ha afectado a la isla caribeña en 102 años.
El Político
Los movimientos telúricos, incluido uno de magnitud 6,4, causaron la muerte de al menos una persona y arrasaron casas en la costa sur, generando un estado de emergencia en la isla de 3 millones de personas y la activación de la Guardia Nacional.
Casi 500.000 de los 1,5 millones de abonados tenían servicio eléctrico el miércoles por la mañana, frente a los 100.000 de la noche anterior, y la isla generaba unos 542 megavatios de electricidad, dijo la autoridad de energía AEE, aunque aún no había alcanzado la demanda de unos 2.000 megavatios.
La gran planta de Costa Sur sufrió graves daños y permaneció fuera de servicio, aunque la gobernadora Wanda Vázquez dijo el martes que la energía debería ser restituida en la mayor parte de la isla en 48 horas, siempre que no se produjeran más sismos.
Los puertorriqueños sufrieron prolongados cortes de electricidad en el 2017 tras el devastador huracán María, que forma parte de una serie de desastres naturales y humanos que han afectado al territorio estadounidense en los últimos años. La isla además está en quiebra y su exgobernador renunció en medio de un escándalo político y masivas protestas callejeras el año pasado.
Vázquez ordenó el cierre de escuelas y otras oficinas públicas mientras los equipos de emergencias siguen buscando posibles víctimas en los edificios derrumbados y los ingenieros inspeccionan el resto por seguridad.
Algunos puertorriqueños en el sur de la isla, que fue duramente golpeado, trasladaron el martes por la noche sus camas al exterior y durmieron a la intemperie, temiendo que sus casas se derrumbaran si se producía otro sismo, dijo Vázquez.
Cientos de movimientos telúricos han afectado a la isla, incluidos 10 de magnitud 4 o mayor, desde el 28 de diciembre, dijo el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Alrededor de 750 personas pasaron la noche en refugios en los pueblos del sur más afectados, informó el gobierno.
El agua embotellada, las baterías y las linternas se agotaron en los supermercados de la capital, San Juan, donde se formaron largas colas en las gasolineras. Los generadores de reserva mantuvieron en funcionamiento el aeropuerto internacional de la ciudad.
Los puertorriqueños están acostumbrados a lidiar con los huracanes, pero los sismos fuertes son poco frecuentes.
“Hay mucha incertidumbre. Es la primera vez que nos pasa esto”, dijo Patricia Alonso, una mujer de 48 años que quedó sin electricidad y agua en su casa y se dirigió al edificio de apartamentos de su madre con su hijo de 13 años porque tenía un generador.
Fuente: Reuters