El Político.- A pocas semanas de iniciar la época más bonita del año, ya los venezolanos comienzan a sacar sus cuentas. La inflación y escasez parecen empañar las festividades. Comprar la ropa nueva para los niños y el aclamado “niños jesus” es ahora una odisea de titanes. Pues con el sueldo mínimo que percibe un trabajador, lamentablemente “no alcanza”.
Precios elevados y tiendas con poco inventario es el actual panorama de las jugueterías en Caracas, situación que empieza a preocupar a los padres a pocas semanas para la llegada de la Navidad. “Los juguetes están impagables, el regalo para los niños se ha convertido en un lujo, porque una simple muñeca cuesta más de 1.000.000 de bolívares, ¡Adiós regalo de Navidad!”, afirmó Paulo Domingos, vecino del municipio Chacao.
Increíble el precio del Clap a los trabajadores del Teresa Carreño https://t.co/XOAzEo9eGd pic.twitter.com/6Izlkc7El7
— El Político (@elpoliticonews) October 27, 2017
Otra consumidora que pidió no ser identificada dijo que el alto costo de la vida, sumado al proceso inflacionario que atraviesa el país, obliga a los padres a priorizar la compra de alimentos antes que los regalos de diciembre, por lo que ve los juegos didácticos como una alternativa para no romper con la tradición de Nochebuena. “Me parece que los juegos didácticos son una buena opción porque son bonitos, económicos y estimulan la creatividad en los niños”, puntualizó.
Una vendedora de una tienda indicó que del poco inventario de juguetes que poseen, los que más venden son los educativos, cuyo precio varía entre 70.000 bolívares y 300.000 bolívares.
En una juguetería en un centro comercial de Chacao una muñeca bebé la venden en 320.000 bolívares, un carro adaptable de la marca Fisher Price para niños de 2 a 5 años entre 660.000 bolívares y 1.200.000, mientras que los camiones pequeños están en 280.000 bolívares, precio similar al de otras tiendas.
En cuanto a los carritos Hot Wheels son pocas las tiendas que tienen los modelos clásicos en existencia y su valor por unidad es de 75.000 bolívares aproximadamente. Y las pistas de autos también están ausentes de los anaqueles.
El comerciante dijo que la caída en las ventas impide la reposición de los inventarios. Por esta razón los anaqueles de varias tiendas están vacíos u ofrecen las últimas piezas de inventarios antiguos. “El poder adquisitivo de los venezolanos está por el piso, los clientes buscan comprar lo más barato. Para diciembre venderé lo que tengo y lo poco que pueda encontrar”, agregó.
Un comerciante de una juguetería pequeña afirmó que los proveedores para proteger su capital de la devaluación del bolívar venden los juguetes a altos precios y exigen pago de contado en corto tiempo. ¿“Cómo pagas una factura de 5.000.000 o 10.000.000 bolívares en una semana con las pocas ventas que registramos”?, indicó.
Señaló que las expectativas para el mes de diciembre son muy bajas debido a que en la temporada solo expenderá los pocos productos que le quedan hasta que su establecimiento se convierta en su totalidad en una papelería, transición que comenzó hace tres meses para no perder su negocio.
Con información de El Nacional