Ante el inminente e indetenible apoyo nacional e internacional hacia los integrantes del Movimiento San Isidro (MSI), el régimen cubano recurrió a la violencia para acabar con la protesta cívica.
El Político
En ese sentido, las fuerzas represivas de la dictadura violentaron la sede del movimiento, en La Habana Vieja, y a golpes se llevaron a todos los manifestantes.
Es de hacer notar que tras varios días de huelga de hambre, muchos de los activistas se encontraban en un estado de salud crítico.
Horas después del violento suceso, la mayoría de los huelguistas había sido dejado en libertad. Pero de otros se desconocía el paradero, reportó primerinforme
Según confirmó en un audio la esposa de Esteban Rodríguez, uno de los huelguistas, a los activistas los golpearon para sacarlos del lugar.
Régimen cubano cortó Internet para esconder la violencia desatada contra huelguistas del Movimiento San Isidro https://t.co/JAY5KlFBoL
— Casto Ocando-Primer Informe (@cocando) November 28, 2020
Un dato a considerar es que el régimen también bloqueó la conexión a Internet para que nadie pudiera reportar y tratar de extinguir la movilización nacional e internacional alrededor de los huelguistas.
Violando convenciones internacionales
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de Naciones Unidas (ONU), y la Unión Europea fueron contactadas. Se les pidió interceder por la seguridad de los huelguistas.
De acuerdo con algunos videos difundidos policías vestidos de médicos irrumpieron en la sede de San Isidro y dieron golpes a todos los que allí estaban.
Algunos simpatizantes del movimiento, escribieron en redes sociales que “el régimen acaba de decirnos con total claridad de que tienen miedo y que están débiles. Temen al pueblo, por eso han quitado las redes sociales en varias provincias»,
Lo cierto es que el régimen de Miguel Díaz-Canel se topó de bruces con un movimiento popular espontáneo pero organizado. La respuesta popular encendió alarmas en todo el aparato represivo del régimen comunista.
Los acontecimientos solo resaltan las contradicciones de que Cuba forme parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Vale destacar que las resoluciones aprobadas por esa instancia, por ejemplo, promueven el derecho a la libertad de reunión, de asociación y a las manifestaciones pacíficas.
Con el corte de la conexión a internet, la dictadura de Díaz-Canel también cercenó, aún más, el derecho de los cubanos a acceder a información. Derecho consagrado en múltiples pactos internacionales.
El Estado cubano también vulneró el derecho al honor al haber sometido al escarnio público a través de un medio estatal cuando acusó al rapero Denis Solís de estar «asociado a grupos terroristas» de Estados Unidos.
Lo cierto es que el desalojo es una oportunidad para que la ONU se replantee la forma en que son elegidos los miembros de su Consejo de Derechos Humanos.
Fuente: primerinforme