El régimen de Nicolás Maduro revocó la invitación al expresidente argentino Alberto Fernández para actuar como veedor internacional en las elecciones presidenciales de Venezuela del próximo 28 de julio. Fernández había sido convocado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano el pasado 12 de julio, pero el gobierno le transmitió ayer su voluntad de que no viaje al país.
Según explicó Fernández en un comunicado, la razón que se le dio es que, a juicio del gobierno venezolano, declaraciones públicas realizadas por él ante un medio nacional "causaban molestias y generaban dudas sobre su imparcialidad". El gobierno entendió que la coincidencia con lo expresado un día antes por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, generaba "una suerte de desestabilización del proceso electoral".
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Fernández aclaró que solo había dicho que en una democracia, cuando el pueblo emite su sufragio, "el que gana, gana y el que pierde, pierde" y que si el oficialismo fuera eventualmente derrotado debía aceptar el veredicto popular. Ante la "insólita demanda" del gobierno venezolano, decidió no viajar para no dar lugar a que se le atribuya querer enturbiar la jornada electoral.
El expresidente argentino resaltó que un veedor electoral debe vigilar el cumplimiento de las normas de manera objetiva, imparcial y transparente, lo que era su único propósito. Expresó su deseo de que Venezuela pueda celebrar elecciones transparentes y que el veredicto popular sea respetado cualquiera sea el resultado.