A pesar de haber asegurado que el creciente brote infeccioso que está azotando a los niños en China se debía solo al "primer invierno post covid", el regreso de los trabajadores de materiales infecciosos, con sus trajes de protección completos, revocan recuerdos de una tormentosa época a nivel mundial.
El Político
El personal vestido con materiales peligrosos fue visto rociando desinfectante en espacios públicos en Sanhe, en la provincia de Hebei, en el norte de China, a unos 50 kilómetros al este de la capital, Beijing, según el cartel de las imágenes y el video. No está claro si se trató de una iniciativa del gobierno local o de una directiva del gobierno central, según reportó el medio Newsweek.
11月24日河北三河市
由于近期支原体肺炎等流感疾病横行,三河市应急救援中心组织人员,身穿大白防护服进入校园展开消杀工作。 pic.twitter.com/lEz00OHzHq— 李老师不是你老师 (@whyyoutouzhele) November 26, 2023
El regreso de este equipo, el cual era el encargado de desinfectar la ciudad en época COVID, ha generado especulaciones sobre el posible regreso de las restricciones de la era de la pandemia, tras el aumento de enfermedades respiratorias, especialmente entre los niños, que ha sobrecargado los hospitales de la región.
En Douyin, la versión china de la plataforma TikTok, se viralizaron videos que mostraban a equipos de prevención de enfermedades desinfectando un aula y las calles de la ciudad, con su típico vestuario cubiertos de pies a cabeza de materiales peligrosos.
Denominados "dabai", literalmente "grandes [figuras] blancas", los trabajadores de materiales peligrosos se convirtieron en un símbolo de las impopulares políticas de "cero COVID" de China que desencadenaron inusuales protestas antigubernamentales a fines del año pasado. Su aparición ha inquietado a los observadores en línea, según reportó Newsweek.
El recuerdo público de los trabajadores incluía su estricta aplicación de las políticas antivirus, como la cuarentena involuntaria en casa, la expulsión forzada de casos sospechosos de sus hogares y, en una serie de incidentes de alto perfil, el asesinato de mascotas o animales callejeros. El trauma fue tal que algunas personas eligieron un disfraz de dabai para el reciente desfile de Halloween de Shanghái.
El brote está siendo seguido de cerca por la Organización Mundial de la Salud, quienes a inicio de la semana pasada solicitaron al gobierno socialista chino mayor información a cerca de este nuevo brote.
Durante los últimos días, los medios de comunicación controlados por el Estado chino han informado sobre hospitales en Beijing, Tianjin y otras áreas del norte que operan a su máxima capacidad. Solo el Hospital Infantil de Pekín reportó haber admitido más de 7.000 casos diarios, según un informe.
Por su parte, el ministro de Salud chino hizo un llamado publico a todas la clínicas del país para que promovieran también la vacunación en cada uno de los pacientes nuevo ingresos.
En cuanto a los pacientes, ha reportado clínicas ambulatorias cerradas y largas filas, algunas también dicen haber soportado esperas de un día o más en los departamentos de emergencias.