Boris Johnson quería firmar un gran acuerdo comercial con Washington, pero la pandemia ha hecho trizas las intenciones y la popularidad de dos lideres similares, mientras Johnson intenta reactivar al Reino Unido, Trump tiene problemas para reactivar a la nación americana.
La rotunda victoria electoral de Boris Johnson en las elecciones británicas del pasado mes de diciembre fue celebrada sin reservas por Donald Trump. "Reino Unido y Estados Unidos serán ahora libres para alcanzar un masivo nuevo acuerdo comercial tras el Brexit", tuiteó el presidente estadounidense. "Este acuerdo tiene el potencial para ser más grande y más lucrativo que cualquier acuerdo que pudiera ser hecho con la UE. ¡Felicidades Boris!".
El primer ministro británico también ha destacado que una de las grandes ventajas de su plan de salida de la unión aduanera europea, es firmar pactos de libre comercio independientes con países como Estados Unidos.
De hecho, uno de los retos que se plantea Downing Street durante el periodo transitorio del Brexit (el periodo que va desde la fecha formal de salida de la UE este viernes 31 de enero, hasta que Reino Unido deje también el mercado común y la unión aduanera en diciembre) es intentar negociar a la vez sendos tratados con la UE y Estados Unidos para que entren en vigor en 2021.
Mientras la Unión Europea ha hecho un gran trabajo para reunir dinero y respaldar a los empresarios y las Naciones, y se espera la presentación formal para mañana viernes. Johnson limita su acción a intentar rercobrar la vida cotidiana, con la oposición de Escocia e Irlanda.
Johnson ya logró un acuerdo comercial de intercambio turístico con Francia, pero no se sabe si el Reino Unido podrá disfrutar de una tajada d los créditos que programa la Unión Europea, y mucho menos si podrá exportar a Estados Unidos de modo masivo después de la Pandmia.
"El aumento de exportaciones británicas a Estados Unidos que podría lograrse es muy pequeño respecto a las pérdidas que provocaría la aparición de fricciones con la UE", señala un estudio de Bank of America.
En 2018, Reino Unido exportó productos y servicios a la UE por 291.000 millones de libras (45% del total), e importó 357.400 millones de libras. El mismo año, las ventas en Estados Unidos ascendieron a 118.000 millones de libras, comprando 72.000 millones a empresas de este país.
Simon Fraser, co-fundador de la consultora Flint Global y antiguo miembro del servicio diplomático británico, señala que "lo lógico es negociar primero con la UE, para saber luego en qué áreas es posible un pacto con Estados Unidos. Además, al haber elecciones presidenciales en noviembre, no parece que Washington vaya a estar pensando en esta cuestión en los próximos meses".
Otra motivación puede ser el interés político de Johnson por acercarse más o menos a la Casa Blanca, potenciando la histórica "relación especial transatlántica".
Tras perder su voz y voto en la UE. Londres necesita reconfigurar su política exterior. Pero a pesar de considerarse aliado, Johnson mantiene sus propios criterios. Londres permitirá al gigante chino Huawei desplegar la tecnología 5G en Reino Unido.
La administración Trump había intentado presionar a Johnson para que vetara a la empresa, por considerar que utiliza sus equipos de telecomunicaciones como arma de espionaje del Gobierno chino. Estados Unidos y Australia han prohibido a Huawei actividad alguna en sus mercados.
Aunque el Gobierno de Boris Johnson intentó minimizar el impacto de la noticia, asegurando que el grupo chino tendrá una "participación limitada", los observadores políticos se apresuraron a avanzar una fuerte crisis entre ambos países.
"La decisión británica de aceptar a Huawei es una gran derrota para Estados Unidos", aseguró Newt Gringrich, ex presidente del Congreso americano en la red social Twitter. "El Gobierno americano está muy decepcionado con la decisión" aseguró un alto funcionario americano citado por la agencia Reuters.
Se trata del segundo encontronazo que Londres y Washington mantienen en pocos días.
En la cumbre de Davos, Steven Mnuchin, secretario del Tesoro americano, aseguró que si el Gobierno británico seguía adelante con su idea de aplicar una tasa digital a los gigantes tecnológicos, habría contrapartida. Estados Unidos avisó de que impondría "tarifas arbitrarias" sobre las exportaciones de coches si Google y Amazon, entre otras, se veían afectados por este incremento de impuestos.
Tareas pendientes
Sin duda, tras la crisis del coronavirus, con un país a media máquina y con una crisis severa en Estados Unidos, Johnson tiene tareas pendientes y ya anuncia que viene un nuevo plan económico.
Los primeros presupuestos del Gobierno británico para el futuro post-Brexit evidencian la concentración de poderes instigada por Boris Johnson para centralizar política económica, una vez abandonada la Unión Europea y con el poder absoluto que le otorga su holgada hegemonía.
Una nueva era de laxitud fiscal, con una mayor expansión de gasto, una ambiciosa inversión en infraestructuras y una notable relajación de los ajustes planteados durante la reciente campaña electoral eran las metas de Johnson que le hicieron ganar holgadamente las elecciones, pero es muy probable que las cosas cambien y el Reino deba iniciar una etapa de restricciones.
Se esperan medidas controvertidas patrocinadas por el círculo del primer ministro, como un asalto tributario a los activos de las clases acaudaladas, como la controvertida "tasa de las mansiones", un tributo específico para las propiedades de mayor valor, o ciertas medidas sobre los fondos de pensiones.
El objetivo de esta medida es garantizar disponibilidad financiera ante los cambios clave a los que se enfrenta el Reino Unido este año, cuando está obligado a hallar un nuevo encaje para relacionarse con la Unión Europea, o aceptar la imposición de barreras y tarifas comerciales para el mercado al que remite el 50% de sus ventas al exterior y del que importa la mitad de sus productos.
Mientras tanto, también hay cambios en la Monarquía paulatinamente Carlos de Inglaterra asume mayores funciones y la reina se va despidiendo, hay que cuidarse del agua mansa.
Con información de Econom+ia. BBC, El Pais