La llegada de un presidente de izquierda a Colombia ha generado controversia, sobre todo en EEUU. Pero las relaciones prometen.
Gustavo Márquez / El Político
Con la investidura de Gustavo Petro, al frente de los destinos de Colombia, se tejieron muchas expectativas en torno a cómo serían las relaciones del país sureño, con la administración del Presidente Joe Biden.
En ese sentido, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha estado de visita en Colombia. Allí se reunió con representantes del gobierno de Gustavo Petro. Encuentro que ha sido calificado como muy exitoso, en el entorno nacional e internacional.
Este acercamiento entre los dos países envía un menaje optimista. Pues el diálogo que se ha iniciado promete mucho a futuro. Sobre todo en materias de interés común, como el tema del narcotráfico y el tratamiento a los delincuentes capturados para su extradición a EEUU.
???| El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, fue recibido en Colombia por la vicepresidente Francia Márquez, previo al encuentro con Gustavo Petro.
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— PanAm Post Español (@PanAmPost_es) October 4, 2022
Convenio para un aval de paz
En esta oportunidad, Antony Blinken y la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, firmaron un convenio, en el cual EEUU se compromete a ser el primer garante internacional, del acuerdo de paz con el grupo guerrillero armado ELN, que lleva adelante la administración Petro, con Venezuela como país mediador y garante.
En este sentido, Antony Blinken dijo que: “es realmente conmovedor estar aquí y conocer las terribles consecuencias de más de 50 años de conflicto”. Pero Blinken fue más allá, al tocar el tema étnico. Sobre el cual comentó que: “el problema de la discriminación racial es clave para alcanzar una paz inclusiva, que aborde la desigualdad y que garantice los derechos de los afrocolombianos e indígenas”.
En este mismo orden de ideas, la vicepresidenta Francia Márquez, dijo que: “celebramos que hoy el Gobierno de Estados Unidos quiera ser coequipero, de la construcción de la paz total”.
Las buenas relaciones de EE.UU y Colombia con el gobierno de Gustavo Petro, se ratificaron con la visita del Secretsrio de Estado Antony Blinken.
Recordemos las premisas uribistas: "Estados Unidos jamás dialogará con un gobierno guerrillero de Petro" pic.twitter.com/mc1C10g6pQ— Euquico (@Eclides3) October 4, 2022
Diplomacia para la inclusión
En el terreno de la diplomacia, el embajador de Colombia en EEUU, Luis Gilberto Murillo ha venido trabajando conjuntamente con la vicepresidenta Márquez, para alcanzar un compromiso por el respeto a la diversidad y la inclusión, en el nuevo contexto nacional e internacional de Colombia.
Colocar el tema racial en el centro de la discusión, en la agenda de Colombia, está permitiendo que las relaciones entre ambos países experimenten un giro de 180 grados, para apuntar ahora hacia un fortalecimiento de alianzas, pero con inclusión y sin discriminación.
Sin embargo, el tema de la guerra entre la Federación Rusa y Ucrania, es un tópico que se mantiene en silencio, por parte de la administración Petro. Por lo que es un punto de tensión que todavía padecen ambas naciones. También se ha señalado a Colombia de mantener un trato ambivalente desde el punto de vista diplomático, con su vecina Venezuela. Cosa que también inquieta en Washington.
#AhoraVPItv | La vicepresidenta de Colombia, @FranciaMarquezM, y el secretario de Estado de EE. UU, Antony Blinken (@SecBlinken), firman acuerdo para la lucha contra las drogas. Un oficio en inglés, otro en español.
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En resumen
La nueva administración de Colombia, en definitiva, inició con buen pie sus relaciones con Estados Unidos. La visita del secretario de Estado, Antony Blinken, al país suramericano, abre una ventana de esperanza, para un trabajo conjunto, contra el narcotráfico, la inclusión y la no discriminación.
Esto a pesar de que se habían entretejido muchas expectativas en torno a cómo serían las relaciones entre la administración Biden y un presidente colombiano de izquierda. Pero Gustavo Petro, con sus acciones, está demostrando que la diplomacia es una vía para alcanzar logros, para sumar, para entrelazar destinos comunes.
Solo queda esperar que, en el mediano y largo plazo, la diplomacia colombiana no cambie de rumbo, para privilegiar intereses de izquierda, por encima de las necesidades de una nación tan urgida de cambios positivos, como Colombia.