El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José María Beltrame, responsable del programa de "pacificación" de las favelas cariocas que contribuyó a aplacar en parte la criminalidad en la ciudad brasileña, pero que también es cuestionado por sus errores, renunció este martes.
La dimisión de Beltrame estaba decidida hace tiempo y no está relacionada con la actual crisis que está atravesando el programa de pacificación, derivada de los agudos problemas económicos de las finanzas del estado de Río y por el recrudecimiento de la violencia de las bandas de narcotraficantes que aún operan en las favelas, según el Gobierno de Río.
El gobernador de Río, Luiz Ferndando Pezão, afirmó que Beltrame está "muy cansado" después de haber estado al frente del combate a los narcotraficantes durante casi diez años.
Beltrame fue el responsable de poner en marcha el programa de "pacificación" en 2008, que se dio a partir de la toma de la favela de Santa Marta por parte de la policía, en una ocupación que se convirtió en permanente.
Esa conquista dio paso a la de otras 263 favelas que eran dominadas a punta de fusil por los narcos y que ahora son patrulladas desde 38 puestos conocidos como Unidades de Policía Pacificadora (UPP).
El programa tiene diferentes fases: tras la expulsión de los narcos, la policía instala las UPP, desde las que se trata de hacer una patrulla "comunitaria", más cercana a los vecinos, y se prepara el terreno para aplicar programas sociales, algo que no se ha cumplido en numerosos casos.
La mayoría de las operaciones de ocupación se hizo de forma incruenta, pues la policía avisaba previamente antes de entrar en las favelas para evitar un baño de sangre de inocentes.
La gran excepción fue la toma de Vila Cruzeiro y el conjunto de favelas del Alemão en 2010, operación en la que se pidió ayuda al Ejército para sitiar y conquistar esas barriadas, consideradas el principal fortín del Comando Vermelho, después de que esta banda aterrorizara a la ciudad durante una semana con una oleada de ataques indiscriminados contra automóviles.
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El programa también está en entredicho porque, a lo largo de estos años, se han multiplicado los casos de abusos policiales, entre los que sobresale el caso icónico de Amarildo de Souza, un albañil que, al ser confundido con un narco, fue detenido, torturado en la UPP de Rocinha y asesinado, un crimen cometido en 2013 por el que han sido condenados doce policías.
La "pacificación" atraviesa graves dificultades, porque el Gobierno no consigue pagar en día los salarios de los policías por su propia crisis financiera.
Los narcos, que no han abandonado totalmente las favelas y simplemente han pasado a operar con más discreción, han realizado cada vez más frecuentes ataques a las bases policiales.
En lugares como el Alemão, los tiroteos son casi diarios, pero la violencia incluso se extendió este lunes a barrios turísticos como Copacabana e Ipanema, donde una refriega entre policías y narcos en la favela de Pavão-Pavãozinho causó tres muertes.
El programa ha tenido resultados palpables en la mejoría de la seguridad en Río. En todo el estado, donde viven cerca de 15 millones de habitantes, se pasó de 7.089 muertes violentas en 2008 a 5.006 el año pasado, según datos oficiales.
A lo largo de su gestión, Beltrame también ha sido responsable de los exitosos planes de seguridad de la Cumbre de la ONU Río+20 en 2012, de la visita del papa Francisco en 2013, el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Con información de EFE