Los principales líderes republicanos del Senado, incluido el senador Mitch McConnell (R-Ky.), mantienen silencio en torno a los 37 cargos penales contra el expresidente Donald J. Trump.
Mario Beroes/El Político
Esta división muestra que la unidad interna en torno al ex presidente y posible candidato presidencia republicano, no es todo lo sólida que se ha querido hacer ver.
De hecho, ya han surgido discusiones con varios miembros de la Cámara de Representantes, quienes se apresuraron a mostrar su solidaridad con el también empresario
Por qué es importante
El senador McConnell, ha sido sumamente cuidadoso, y hasta esquivo con el tema del ex presidente y compañero de tolda política. Ni siquiera en público lo nombra.
Pero se sabe que en privado ha expresado a varios colegas que "quiere que su partido pase página con el caso del expresidente", a quien ve como un candidato defectuoso para las elecciones generales y un lastre.
Los principales ayudantes del líder del Partido Republicano en el Senado, John Thune (Dakota del Sur) y John Cornyn (Texas), también han indicado que no quieren que Trump gane la nominación presidencial del partido para 2024.
Ellos, junto con McConnell, están dejando que los problemas legales de Trump se desarrollen sin salir en defensa del expresidente, en contraste con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (republicano de California), y el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, quienes criticaron al Departamento de Justicia, antes de que la acusación fuera revelada al público.
"Quieren que desaparezca, así que no estarían muy molestos si esto es lo que finalmente lo saca", dijo McCarthy sobre la acusación de Trump.
Un Donald Trump "incómodo"
Muchos senadores republicanos defendieron a Trump después de que el fiscal del distrito liberal de Manhattan, Alvin Bragg, revelara a principios de abril una acusación en la que se imputaban a Trump 34 delitos graves relacionados con el fraude en los registros empresariales.
Incluso el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, declinó expresar su confianza en Bragg cuando se le preguntó por él a finales de marzo.
El fiscal especial Jack Smith, a quien el fiscal general Merrick Garland designó en noviembre para investigar a Trump, tiene más credibilidad entre los republicanos.
"Jack Smith es muy creíble", dijo un asesor del Partido Republicano en el Senado.
"Existe la reflexión de que en realidad puede haber encontrado finalmente la bala de plata para acabar con la carrera política de Trump. Smith tiene una cinta de Trump reconociendo que había retenido documentos clasificados después de dejar el cargo que no desclasificó mientras era presidente".
A modo de conclusión
"Los documentos que sí tenía y a quién se los mostraba y dónde los almacenaba es todo bastante condenatorio", dijo el asesor. "No sé si marcará una diferencia en el panorama político, pero desde luego parece bastante grave".
Un senador del Partido Republicano que pidió el anonimato, defendió la acusación del Departamento de Justicia contra las acusaciones de que estaba necesariamente motivada por la política.
"Tenemos que confiar en nuestras instituciones y ahora mismo no hay mucha confianza", añadió el senador.