La economía de Estados Unidos creció a un ritmo récord del 33,1% en su tasa anualizada en el tercer trimestres, según los datos del Buró de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio.
El Político
Así el Producto Interno Bruto (PIB) del país registró un avance del 7,4% con respecto al trimestre anterior, el mayor repunte desde que comenzasen a registrarse estos datos desde la II Guerra Mundial. El máximo anterior fue un aumento trimestral del 3,9% en 1950.
El repunte en el PIB trimestral, que recoge el valor de todos los bienes y servicios producidos en el país, compensa parcialmente una caída récord en la producción a principios de año cuando el virus y los cierres relacionados interrumpieron la actividad comercial a este lado del Atlántico.
En el segundo trimestre, cuando la economía sufrió buena parte del impacto de los confinamientos, la actividad se contrajo un 31,4% en su tasa anualizada o un 9% con respecto al periodo anterior. En los tres primeros meses del año, EEUU registró un crecimiento negativo del 5% (anualizado).
Entre los meses de julio y septiembre, la actividad recuperó parte de su brío pese a que las infecciones por coronavirus en múltiples estados obligaron en algunas ocasiones a dar marcha atrás en los distintos planes de reapertura.
Repunte con pandemia
EEUU se mantiene a día de hoy como el epicentro de la pandemia con un total de 8,85 millones de casos y 227.703 muertes, según los últimos datos registrados por la Universidad John Hopkins.
"El repunte anualizado del 33,1% del PIB en el tercer trimestre no tiene precedentes en tamaño pero, aún así, la economía de EEUU es un 3,5% más pequeña que en el último trimestre del año pasado", señala Paul Ashworth, economista jefe de Capital Economics a El País.
La recuperación durante el verano se debió principalmente a un repunte del 40,7% en el consumo, que a su vez se benefició de un incremento del 82,2% en el consumo de bienes duraderos, con un impulso más moderado en servicios debido a las restricciones de distanciamiento físico.
La inversión en equipamiento empresarial aumentó en un 70,1% y la inversión residencial hizo lo propio en un 59,3%, en ambos casos llevando el nivel de actividad por encima de su nivel prepandémico.
No todo es crecimiento
Sin embargo otras partes de la economía estadounidense no lo están haciendo tan bien, con la inversión no residencial cayó un 14,6% en el tercer trimestre y el gasto público disminuyó un 4,5%.
Estas tendencia a la baja en el gasto del gobierno federal así como de los gobiernos estatales y locales continuará durante los próximos trimestres a menos que se promulguen más estímulos.
Con las importaciones aumentando a un ritmo del 91,1% y las exportaciones en un 59,7%, la demanda externa neta restó hasta 3,1% puntos del crecimiento general del PIB, pero este lastre fue compensado por una contribución positiva del 6,6% por la reconstrucción de los inventarios.
"La recuperación fue más fuerte de lo que anticipamos originalmente pero con las infecciones alcanzando un récord y sin expectativas de más estímulos hasta el comienzo del próximo año, los avances adicionales serán mucho más lentos. Esperamos que el crecimiento del PIB del cuarto trimestre sea solo del 4,5%", reconoce Ashworth.
Recuperación del empleo
El mercado laboral estadounidense lleva aumentando nóminas tras la debacle de despidos registrados entre marzo y abril, cuando se destruyeron más de 22,2 millones de puestos de trabajo.
Desde entonces se han generado cerca de 11,4 millones de empleos a medida que han disminuido las restricciones.
No obstante, la creación de puestos de trabajo se ha desacelerado desde junio. Los empleadores estadounidenses sumaron 661.000 nóminas en septiembre, menos de la mitad de los 1,5 millones añadidos en agosto.
La tasa de desempleo, que se situó en el 7,9% el pasado mes, sigue siendo más del doble que en febrero, cuando logró un mínimo de 50 años al tocar el 3,5%.
Entre septiembre y octubre, el repunte de la economía estadounidense ha mostrado algunos síntomas de fatiga, ya que el estímulo fiscal de más de 2 billones de dólares aprobado a finales de marzo expiró a finales de julio y los casos de Covid-19 vuelven a crecer con fuerza en el tercer trimestre.