Rick Scott, senador republicano por Florida, terminó el año pasado con un fallido desafío al líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, y con críticas de su propio partido por su liderazgo en el brazo de campaña del Senado.
El Político
"Voy a seguir sin ser diferente de lo que siempre he sido", dijo Scott en una entrevista.
"Tenemos que empeñarnos en lo que vamos a hacer. Tenemos que empezar a hablar de lo que vamos a hacer para mejorar este país" comentó a Politico.
Rick Scott sin definir su futuro político
Scott está entrando a toda velocidad en el próximo ciclo electoral, firmemente fijado en su propia reelección en 2024 y desafiando abiertamente a cualquiera de cualquier partido que le desafíe, aunque sin descartar del todo una posible candidatura futura a líder del Partido Republicano en el Senado o a la Casa Blanca.
Está invirtiendo 1,1 millones de dólares en un nuevo anuncio de televisión que se emitirá a nivel nacional en Fox News hasta el 19 de enero y en el que reconoce su infructuoso desafío a McConnell.
La semana pasada, se embarcó en una gira por todo el estado en la que está presentando una agenda legislativa que planea llevar a cabo en el Congreso a pesar del control demócrata del Senado. Aprovecha estas paradas para atraer la cobertura de los medios de comunicación locales mientras ataca al presidente Joe Biden por la frontera, la deuda y la inflación.
Apoyo en Florida
Rick Scott empezó su carrera política hace más de una década como el último outsider, rechazado por el establishment republicano cuando se presentó a las elecciones a gobernador de Florida con la ayuda de su enorme fortuna personal, que ganó como ejecutivo del sector sanitario.
Cuando fue gobernador durante dos mandatos, a partir de 2011, estaba dispuesto a gastar dinero en anuncios de televisión dirigidos a legisladores republicanos díscolos que no estaban de acuerdo con su agenda.
Además ha recibido muchas críticas por su gestión del NRSC durante el pasado ciclo. Pocos días antes de las elecciones, Scott se jactó de que el GOP recogería varios escaños para ganar una clara mayoría, sólo para ver cómo se desmoronaba en un estado tras otro.