La fecha, junio de 2016. Las criptomonedas eran el furor en el ámbito financiero, y una abogada búlgara, Ruja Plamenova Ignatova, autodenominada "la criptoreina", promocionaba su empresa "OneCoin", como un lucrativo sitio para comprar bitcoins y otras criptomonedas.
Mario A. Beroes R./El Político
Pues Ruja Plamenova Ignatova resultó ser una estafadora convicta búlgaro-alemana, fundadora de un esquema Ponzi ,manejado a través de OneCoin; una de las estafas más grandes de la historia.
Año y medio después, Ignatova compró un pasaje aéreo en Sofía, capital de Bulgaria y desapareció. No se la ha vuelto a ver desde entonces.
One Coin: otro "Esquema Ponzi"
El FBI la tiene, desde 2017, en la lista de los 10 más buscados junto a asesinos y jefes de bandas. Es la única mujer, ya que a través de dicha criptoempresa OneCoin, habría estafado más de $ 4.000 millones, a través del Esquema Ponzi o estafa piramidal a numerosas personas y empresas en los Estados Unidos.
Los fiscales federales describen OneCoin como una de las mayores estafas internacionales jamás perpetradas.
Una estafa desde el inicio
Iggnatova y sus socios "estafaron a víctimas desprevenidas con miles de millones de dólares, afirmando que IgOneCoin sería el ‘asesino del Bitcoin'", dijo en un comunicado el fiscal federal Damian Williams, el principal fiscal de Nueva York.
"De hecho, los OneCoins carecían por completo de valor… (Sus) mentiras estaban diseñadas con un único objetivo, conseguir que personas comunes de todo el mundo se desprendieran de su dinero arduamente ganado".
En los documentos judiciales se detalla una narrativa alucinante, de cómo Ignatova y su cofundador de OneCoin, Karl Sebastian Greenwood, eran supuestamente conscientes desde el principio de que su ambiciosa empresa era un esquema Ponzi.
"La criptomoneda OneCoin se estableció con el único propósito de estafar a los inversores", dijo el agente especial del IRS John R. Tafur en un comunicado.
Bitcoin que nunca se vendieron
Las criptomonedas, como el Bitcoin, son activos digitales creados y gestionados por una red mundial descentralizada de computadoras, en lugar de por un banco o un gobierno.
Bitcoin, por ejemplo, es "minado", o creado, por mineros profesionales de criptomonedas que utilizan ejércitos de servidores en centros de datos.
Se trata de un sector en gran medida no regulado y muy volátil, y las opiniones de los expertos sobre la viabilidad de las criptomonedas son muy variadas.
Sus defensores imaginan un futuro en el que las economías funcionen con monedas digitales validadas por la comunidad de usuarios y no por un banco central. Los detractores lo tachan de esquema Ponzi o, como mínimo, de inversión de alto riesgo.
Aparece OneCoin
En 2014, Ignatova y Greenwood, empezaron a presentar OneCoin a inversores de Europa, Nueva York y todo el mundo.
Organizaron seminarios en línea y conferencias en las que instaron a los posibles inversores a depositar fondos en una cuenta que permitiría la compra de paquetes de OneCoin, según una acusación federal.
OneCoin funcionaba como una red de mercadeo multinivel en la que los inversores recibían comisiones por reclutar a otros para comprar paquetes de criptomoneda, según la acusación federal.
"Los paquetes atendían a varios niveles de ingresos, desde "principiante" a "comerciante magnate. Ignatova y sus socios prometían a los compradores quintuplicar o incluso multiplicar por diez su inversión"
Todo se derrumbó
La fachada empezó a resquebrajarse en 2016, cuando a los inversores les costó vender sus OneCoins para recuperar sus inversiones originales, dicen los documentos judiciales.
Comenzó a correr la voz en internet de que el negocio era una estafa. Los medios de comunicación empezaron a hacer preguntas. Investigadores federales internacionales y estadounidenses se involucraron.
En octubre de 2017, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Ignatova por fraude electrónico, conspiración para cometer fraude electrónico, fraude de valores y conspiración para cometer lavado de dinero, cada uno de los cuales conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
También fue acusada de un cargo de conspiración para cometer fraude de valores, que conlleva una pena máxima de cinco años. Un juez federal de Nueva York dictó una orden de detención contra ella.
Desaparecida
Menos de dos semanas después, el 25 de octubre de 2017, embarcó en un vuelo comercial de Sofía (Bulgaria) a Atenas (Grecia), según los documentos judiciales. Luego desapareció, dejando que sus socios asumieran la responsabilidad de la empresa en quiebra.
El FBI cree que puede haber viajado con pasaporte alemán desde Atenas, posiblemente a Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Rusia, Europa del Este o incluso de vuelta a Bulgaria. Se ofrece una recompensa de $ 100.000 por información que conduzca a su detención.
"Se fue con una enorme cantidad de dinero en efectivo", dijo a la prensa Michael Driscoll, director adjunto del FBI en Nueva York. "El dinero puede comprar muchos aliados, y me imagino que ella se está aprovechando de eso".
Sus socios no tuvieron tanta suerte. Greenwood fue detenido en julio de 2018 en su casa de Koh Samui (Tailandia) y extraditado a EE.UU. Se declaró culpable en diciembre de fraude electrónico, conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración para lavar dinero. Está en la cárcel y se enfrenta a 20 años de prisión por cada uno de los tres cargos cuando sea sentenciado en abril.
OneCoin ha cerrado y su sitio web ya no está activo.
Pero su fundadora, la mujer de los vestidos largos y las joyas llamativas, ha eludido a las autoridades. Más de cinco años después de que la criptoreina bajara de un avión en Grecia, su paradero sigue siendo un misterio.